En el mundo existen 264 millones de estudiantes universitarios, según la Unesco, y desde 2020 ha habido un incremento de 25 millones de alumnos, más del doble que en el año 2000. Una de las razones ha sido la flexibilización de los mecanismos para acceder a universidades internacionales, y la masificación que ha tenido la educación digital tras la pandemia del covid-19. Las casas de estudios superiores de Venezuela se han tenido que adaptar a la virtualidad, pero registrándose grandes brechas tecnológicas entre las universidades públicas y privadas.
¡La educación online llegó para quedarse!, pero en el país las universidades autónomas y experimentales se resisten a crear carreras 100% a distancia, prefieren la semipresencialidad. Una de las razones es la crisis presupuestaria que hace que instituciones públicas no cuenten con plataformas digitales que se actualicen a la velocidad de las exigencias mundiales. También la falta de internet de alta velocidad y de equipos modernos para que los docentes dispongan de herramientas que les permita crear material audiovisual y documentos interactivos y colgarlos en sus aulas virtuales.
Algunas instituciones, como la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL), aunque han adaptado toda la carrera de educación a la modalidad híbrida, aún se rehúsan a dejar las clases del aula, porque consideran que «el estudio pedagogo necesita de la relación directa entre docentes y estudiantes», según expresó Blanca Terán, presidente de la Asociación de Profesores de la UPEL.
De acuerdo con la Encuesta del Observatorio de Universidades (Enobu) 2023, en Venezuela, 47% de los estudiantes de educación superior utilizan la educación digital, 35% recibe clases semipresenciales y 12% totalmente a distancia.
Sólo dos de cada 10 universidades que hay en el país utilizan Moodle, la plataforma de gestión del aprendizaje que se usa a escala global para enseñar.
«Hay desigualdades en Venezuela porque son las universidades de la capital, la región central y occidental donde más se cursa la educación virtual. 25% de los estudiantes aprenden con esta modalidad. En menor medida lo hacen en el sur del país. En Guayana sólo el 13% de los jóvenes estudia online y en nororiente sólo el 9%», así lo informó Carlos Meléndez, director de OBU.
En el caso de las universidades privadas, la realidad es completamente distinta. Desde el 2000 algunas instituciones, como la UFT ya utilizaban plataformas digitales para enseñar a sus alumnos. Con la pandemia fueron las que más rápido se adaptaron a los cambios de aprendizaje creando cátedras y hasta carreras que pueden ser cursadas totalmente online. Esta modalidad le ha permitido tanto a la UFT como a la Universidad Yacambú (UNY), en el estado Lara, que los jóvenes que han migrado del país puedan culminar sus estudios de pregrado.
Algunas como la UCAB, cuentan con plataformas como BigBlueButton, que permiten dar clases en vivo y cada profesor refuerza el conocimiento dejando materiales pedagógicos que carga en su aula virtual. Otras como la Universidad Monteávila, prefieren que los jóvenes vean su clase presenciales, y se complementa la experiencia con información colgada en las aulas virtuales mediante Google Classroom. Hay universidades privadas que dan clases a distancia, pero las evaluaciones son expositivas y en el salón de clases.
«El estudiante debe explicar lo que sabe. Hemos eliminado hacer informes o análisis desde casa o trabajo en equipo a distancia, porque hemos visto que el estudiante venezolano rinde mejor cuando está en una situación en la que necesita demostrar lo que sabe, y es una manera de garantizar la calidad del aprendizaje», contó Willmar Tarazona, profesor de la UCAB, la Universidad Monteávila y la Universidad Santa María, en Caracas.
Radamés Graterol es profesor de la UCAB y afirma que la Inteligencia Artificial (IA), ha dado grandes ventajas en la educación digital. En Europa, las universidades han desarrollado aplicaciones de tutores virtuales, a los que los alumnos pueden consultar las 24 horas del día para aclarar dudas de las clases.
«La IA ha convertido a la educación en una experiencia hiperpersonalizada, porque con cada ejercicio que el estudiante haga, la IA va recopilando información y las respuestas que va a generar serán de acuerdo a las características únicas de cada estudiante», expresó.
Asimismo, como docente que ha impartido clases a distancia en la Fundación Konrad Adenauer de Colombia, para estudiantes de varias partes del mundo, sostiene que no hay barreras culturales ni de idiomas, porque a través de una aplicación, cualquier estudiante puede ir traduciendo la clase en tiempo real.
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