Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- En el perímetro de San Antonio, que limita con el municipio colombiano de Villa del Rosario hay más de veinte trochas, siendo las más activas diariamente «La Platanera», «Los Mangos», «Centeno», «Las Pampas», «La Ponderosa», las del aeropuerto, «El Palotal«, Llano Jorge, «La Escalera» en Sabana Potrera (área rural), entre otras que son menos transitadas por encontrarse más alejadas del casco urbano de la población.
En Ureña, que limita con Cúcuta, hay cerca de 15 trochas bastante activas, siendo las más concurridas «La Mona«, «Los Yukpas» por estar dominada por miembros de esta etnia indígena que hace tiempo llegaron a esta región andina; «El Cañaveral», «El Portón Amarillo», «El Diamante» y otras que están ubicadas en fincas próximas a la aldea La Mulata, en las afueras de Ureña. También hay otros caminos ilegales en el sector de Tienditas, cerca de donde fue construido por los gobiernos de Colombia y Venezuela el puente binacional que lleva el mismo nombre, Tienditas.
Walter es un docente de educación primaria que vive en San Antonio y pasa con cierta frecuencia a La Parada y a Cúcuta por los caminos verdes del río Táchira a comprar alimentos y a retirar el dinero (pesos) que le giran familiares residenciados en el interior de Colombia
«A uno le toca pasar porque aquí la plata que ganamos no alcanza y tenemos que ir a retirar el giro para comprar mercado, pero es inhumano, horrible, riesgoso y peligroso el paso.& ;
«No debería ser así», dice el usuario de una de las trochas más transitadas desde San Antonio hacia La Parada y viceversa.
Relata que es un peligro pasar sobre el improvisado puente de tablas y tubos sobre el río Táchira, porque con tanta gente atravesando y con las pesadas cargas que llevan maleteros, carretilleros, bicicleteros y motorizados, cree que la arcaica estructura en cualquier momento se puede caer. Además, dice que el paso por estos caminos es riesgoso y de llegar a presentarse una emergencia «no hay para dónde correr», porque la zona más próxima al río es una invasión con limitados servicios y con un laberinto de calles de tierra, donde, tal como le ocurrió a su compañera de odisea, Martha Medina, «cualquiera se pierde y no sabe para dónde coger».
«La verdad pasamos como una vez a la semana para hacer mercado, porque allá todavía la comida se consigue más barata, pero es incómodo», dice una madre de familia que se identificó como Margi.
Narra que por lo general pasa la trocha con su esposo y dice que «susto como tal no hemos pasado, gracias a Dios. Cuando llueve, no se puede pasar y a mí me da miedo con la crecida del río y prefiero no intentar».
Agrega que por ser de San Antonio ya sabe cómo desenvolverse en el ambiente de las trochas y no ha tenido inconveniente con nadie.
«El camino siempre es largo y el sol por aquí calienta muy fuerte, es duro pasar por ahí», dice una dama joven procedente de Puerto La Cruz, que desde hace tres años vive en San Antonio. No quiso mencionar su nombre, pero accedió a conversar sobre la vivencia de tener que cruzar por los caminos verdes desde San Antonio hacia La Parada.
Dice que vivió 21 años en Puerto La Cruz, pero por la situación económica del país se vino a San Antonio, buscando mejores condiciones de vida. Cuando necesita pasa por la trocha para Colombia, ya que allá consigue más barato el mercado y la medicina, a pesar que la situación económica en ese país al momento tampoco está tan buena.& ;
«El camino siempre es largo y cuando el sol está muy fuerte, es duro, pero por lo demás siempre ha sido tranquilo. Las veces que he cruzado, nunca ha ocurrido nada violento. Lo único es que a veces cuando quitan el puente hay que esperar a que lo vuelvan a armar», dice la joven mujer.
Denis Lupe es una joven que vive en San Antonio y por tener nacionalidad venezolana y colombiana, estudia carreras universitarias en ambos países.
En Venezuela estudia medicina en la Universidad Bolivariana, mientras que en Colombia cursa criminalística en una universidad privada de Cúcuta, desde hace dos años.
Los días sábado y domingo cruza la trocha de San Antonio hacia territorio colombiano para ir a estudiar allá y dice que el trajín «es un poco estresante por todo, a veces hay mucha acumulación de gente, maleteros, si uno se descuida en medio de tanta gente le pueden abrir el bolso. Realmente a veces es estresante».
«El flujo de caja de los guerrilleros»
Un boletín presentado por la Organización de Derechos Humanos FundaRedes, el 5 de febrero de 2021, señala que siete homicidios se contabilizaron en enero de este año en las trochas de la frontera de Táchira. En sus amplios informes, esta ONG ha venido denunciando desde 2019 ante la Fiscalía del Ministerio Público que los venezolanos están perdiendo la vida en medio de estos pasos irregulares donde se registra una intensa actividad delictiva.
Identifican a los grupos guerrilleros colombianos como el ELN, que han venido ganando territorio nacional con control en Ureña y San Antonio del Táchira. «Portan armas de guerra, visten de negro y se identifican con brazaletes que hacen referencia a ese grupo guerrillero», señala el informe de fecha 27 de noviembre de 2019.
El investigador criminal Iván Simonovis, contó a LA PRENSA que El ELN tiene presencia por lo menos en 12 estados, y se estima que el número de guerrilleros que integran esta organización supera los tres mil hombres en territorio venezolano.
FundaRedes también señala a disidentes de las FARC en el control de estas trochas. Simonovis afirma que controlan por lo menos en ocho estados en Venezuela. «La guerrilla de las FARC está dividida en dos. Hay un grupo bajo el control de Gentil Duarte denominada Frente Décimo, integrado por unos 300 efectivos guerrilleros, de los cuales por lo menos 40 son especialistas; es decir, son como francotiradores, explosivistas, y unos 200 más que están bajo el control de Iván Márquez y Jesús Santrich, denominada La Segunda Marquetalia».
Grupos paramilitares como Los Urabeños, Los Rastrojos y Las Águilas Negras, también se disputan el control de los caminos ilegales, así como el Frente Bolivariano de Liberación Nacional (FBL), que ha sido identificado por FundaRedes como un colectivo perteneciente al Partido Socialista de Venezuela y a «bandas de alto poder».
«El gobierno de Nicolás Maduro le ha cedido deliberadamente a la guerrilla del ELN la frontera sur occidental del país. Esto ocurre por la alianza política que existe entre el chavismo y la guerrilla colombiana, a la cual el extinto presidente Hugo Chávez la calificó como un ejército que merece un respeto porque tiene un proyecto político, así lo dijo públicamente en el Foro de Sao Paulo, cuando les dio la bienvenida a Venezuela», dijo César Pérez Vivas, exgobernador del Táchira.
A su criterio, los guerrilleros tienen «licencia» para obtener ingresos extorsionando. «Por los puentes cobra el Estado, por las trochas cobra la guerrilla, y eso se está haciendo con la autorización de Nicolás Maduro.& ;
Países& ;sin poder resolver
Durante los primeros seis meses de la pandemia en 2020, a Venezuela retornaron unos 165 mil venezolanos por el parón económico que registraron países como Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Brasil imponiendo férreas cuarentenas, la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), ha registrado de febrero a mayo que el número de venezolanos que ha salido por los pasos irregulares se ha quintuplicado en un año, contabilizándose un total de 833 mil 222 criollos solicitando refugios en los países del hemisferio.
Claudia Vargas Ribas, investigadora social y experta en migración, expresó que aunque desde 2018 las organizaciones internacionales reconocen que en Venezuela se registra una emergencia humanitaria compleja, lamentablemente los países que son receptores de los venezolanos han impuesto muros jurídicos que les impide formalizar su ingreso migratorio.
«La solicitud de visas, o que no se digitaliza algunos trámites, expone a más del 60 % de los venezolanos que migran a tratos xenofóbicos», expresó.
Migrantes están desprotegidos
En las visitas que ha hecho como enviada especial del gobierno interino de Venezuela a los municipios colombianos Arauca y Maicao, la parlamentaria nacional Gaby Arellano destacó el nivel de vulnerabilidad en que se encuentra la población venezolana que cruza la frontera, atravesando primero Venezuela caminando por días enteros, huyendo de la crisis económica y de la emergencia humanitaria compleja.
«Aunque las violaciones de derechos humanos contra los migrantes sea sistemática, no se detiene, se ha triplicado en el último año. El alto volumen que llega constantemente a territorio colombiano hace que sean insuficientes los recursos y la cooperación internacional apostados en Maicao», informó.
Ha sido testigo de cómo los venezolanos que llegan en extrema pobreza a Arauquita y Arauca solicitando refugio terminan viviendo en condiciones de insalubridad y con muchas precariedades en carpas y albergues abarrotados de criollos.& ;& ;
«En febrero de este año recorrí toda la costa Caribe, desde Maicao, La Guajira, Paraguachón hasta Cartagena, es lamentable la africanización de los venezolanos. La Guajira es una tierra árida de temperaturas muy extremas y que históricamente ha sido también una zona muy desprotegida y donde ha existido una pobreza en escala mayor, y con la llegada de venezolanos que no traen absolutamente nada, pues han aumentado los asentamientos», manifestó.
Indicó que en lugar más de 1500 familias venezolanas viven en ranchos de cartón y latas en una zona llamada la Antigua Pista del aeropuerto de Maicao. Esa realidad, sostiene que también se repite en Riohacha, en Santa Marta, en Barranquilla, Cartagena, zonas costeras de Colombia que también resguardan a niños, madres y jóvenes venezolanos que migran.
«Es una población que la mayoría de las veces viaja indocumentada, porque en Venezuela no existen las políticas migratorias o de identidad para poder pagar o tramitar un pasaporte, o hasta una cédula con la rapidez requerida, y terminan entrando a un país de manera irregular.& ;
Esas personas en extrema pobreza, sin recursos para alimentarse, terminan siendo víctimas fáciles de trata humana, de trabajos ilegales como sembradíos de narcotráficos, drogas, microtráficos y en todas estas mafias trasnacionales que se aprovechan de los desplazados venezolanos», advirtió la parlamentaria tachirense, representante del gobierno interino que se encuentra exiliada en el vecino país desde abril de 2019, cuando el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela allanó su inmunidad parlamentaria.