Kemberling Rodríguez | LA PRENSA DE LARA.- La separación de padres e hijos por motivo de la migración venezolana pone en una situación vulnerable a los más pequeñ;os. Abel Saraiba, psicólogo y coordinador adjunto de Cecodap, explicó que entre las principales consecuencias que sufren los infantes están los cambios emocionales por no tener un referente afectivo clave, como son los padres.
De allí que surjan síntomas en ellos, como son los sentimientos de tristeza, dificultades para dormir o —en caso opuesto— pasar largas horas durmiendo; y lo mismo sucedería con la alimentación: comen en exceso, o por el contrario pierden el apetito.
«Los niñ;os pueden notarse más irritables, con llantos, cambios en el comportamiento y ¿;por qué sucede todo esto?, porque hay una parte de la realidad emocional del niñ;o que no está consiguiendo producir palabras y estas son las reacciones que él va desarrollando para hacerle frente a la situación«.
En tales circunstancias, indicó que el bajo rendimiento académico sería otra de las señ;ales que exhibe la afectación de las emociones; un niñ;o triste no tiene la disposición en ese momento de aprender.
Aunado al hecho que deben mudarse del hogar primario para ir a vivir en la casa del cuidador o representante que quedará a cargo; Saraiba recuerda que la mudanza implica cambios en la doctrina de crianza y, por ende, se torna todavía más compleja la realidad del menor de edad.
Duelo migratorio
Yulieth Arévalo, especialista en servicio de psicología y salud mental, expone que la situación de vulnerabilidad en la cual están los niñ;os con padres que se han ido al extranjero, se le conoce como duelo migratorio y la sintomatología está asociada a la ansiedad.
El comerse las uñ;as reiteradas veces, arrancarse el cabello, orinar la cama sin importar la edad o sexo son algunas de las señ;ales ansiosas. «Por lo general, son los docentes quienes se dan cuenta de estos episodios cuando no sólo bajan el promedio académico, sino porque ya no socializan como antes, van perdiendo la capacidad de disfrute de sus actividades habituales«.
El diagnóstico clínico es «trastorno del comportamiento», explicó, y se aborda mediante terapia cognitivo-conductual, desarrollando habilidades sociales, psicoeducación emocional que les permita una superación integral.
Consejos
Las recomendaciones que hacen los expertos consultados son entender el proceso de adaptación del niñ;o, es mostrarle empatía aplicando herramientas como el juego que ayudarán a que se exprese. Demostrar con acciones la incondicionalidad hacia ellos, cumplirle las promesas.