Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- Unos 13 estados del país fueron afectados por el apagón del 12 de septiembre a las siete de la noche, tras un incendio en la subestación Santa Cruz, en el estado Aragua, provocado por la explosión de un transformador de 100 MVA. Para el ministro de Energía Eléctrica, Néstor Reverol, el accidente se trató de un «nuevo ataque terrorista» al Sistema Eléctrico Nacional (SEN), pero para representantes de la Asociación Venezolana de Ingeniería Eléctrica, Mecánica y Carreras Afines (Aviem), los hechos son consecuencia de 17 años de corrupción e inadecuada inversión, que han hecho que el sistema de generación eléctrica, de transmisión y de distribución se encuentren vulnerables.
«En estos últimos días se han presentado fallas en el Sistema Troncal 765 kV, y han afectado a una de las ternas que traen electricidad desde el Embalse Guri hasta el centro y el occidente del país. Esta falla tuvo mayor incidencia en la subestación Santa Cruz de Aragua, que tiene más de 45 años de servicio y está en las mismas condiciones que las 550 subestaciones del país: abandonada. Desde hace tiempo esta subestación no tiene un sistema de puesta a tierra, porque seguramente se lo robaron, y tiene problemas con los servicios auxiliares, que son los equipos de supervisión, protección y control que permiten su funcionamiento», contó a LA PRENSA el ingeniero Joe Carrillo, representante de Aviem en Lara.
Explicó que aunque la falla se presentó en Aragua, el sistema eléctrico es interconectado y se siente en los demás estados. En el primer reporte presentado por Néstor Reverol, Portuguesa, Distrito Capital, Miranda, Nueva Esparta, Aragua, La Guaira, Carabobo, Táchira, Mérida, Trujillo, Falcón, Lara y Zulia resultaron afectados. Pasadas 48 horas del apagón, aún había zonas de Aragua sin electricidad.
Según fuentes especializadas de Aviem, de la Sociedad del Colegio de Ingenieros de Venezuela, desde 2004 hasta el 2019 el Gobierno alegó haber invertido entre 50 y 70 mil millones de dólares en el SEN, pero actualmente no hay obras tangibles que justifiquen esas cifras. La mayoría han sido proyectos inconclusos que se convirtieron en grandes elefantes.
«El SEN tiene capacidad para generar 34 mil megavatios, se necesita la inversión de un millón de dólares aproximadamente para recuperar cada megavatio en el país. El sistema eléctrico venezolano debería costar entre 34 mil a 40 mil millones de dólares, y resulta que el Gobierno dice que ha invertido más de ese monto, pero seguimos de apagón en apagón», indicó una fuente de Aviem, quien pidió resguardar su identidad.
En el país, el 50% de la generación es hidroeléctrica y el 50% termoeléctrica. En el país existen más de 200 plantas termoeléctricas, pero según Joe Carrillo, están operativas 10. La mayoría ha dejado de funcionar por falta de combustibles, como gas, gasoil y fuel oil, a raíz de la caída de la producción de Pdvsa. Estas plantas también presentan problemas por fallas mecánicas, falta de repuestos o equipos obsoletos.
Eso representa que el 90% de la energía que requiere el país la aporta el Guri. «Cuando hablamos del Guri, hablamos de Macagua, Caruachi y Guri, que aportan entre los tres 10 mil megavatios», comentó Carrillo. Esa cantidad representa cerca de un 50% de la demanda de 2013, que eran 18.000 megavatios.
«En Venezuela se llegó a exportar electricidad desde Zulia, Táchira, y por el sur a través de la línea que conectaban con Brasil. En la actualidad, ninguna de esas líneas funciona», precisó.
Aviem nacional, señala que la caída de la demanda del consumo eléctrico se debe también a que han migrado cinco millones de venezolanos y a que las dos mil industrias que quedan operan al 18% de su capacidad instalada. «Se estima que la demanda eléctrica sea 12 mil megavatios, pero la que puede cubrir el sistema son 10 mil megavatios, es decir, está operando a un tercio de su capacidad, por esa razón vamos a seguir presentando apagones», reseñan.
Carrillo asegura, que además de las inversiones que deben hacerse se requieren cinco años de arduo trabajo con personal profesional calificado para recuperar el SEN.
País quebrado
El ingeniero, Joe Carrillo, de Aviem Lara, señala que aunque han transcurrido dos años y seis meses desde el megaapagón nacional del 7 de marzo de 2019, desde la falla que se registró en las unidades del Guri, Macagua y Caruachi no se han hecho las inversiones necesarias para su recuperación. «Hay un listado de materiales por comprar desde 2019, todavía no han sido comprados. Me imagino que esa lista de materiales de repuestos cada vez es mayor. Eso tiene que ser comprado a empresas internacionales que hoy en día no están haciendo negocios con el Estado venezolano, por las sanciones internacionales», mencionó.
Alega que urge que el Estado busque socios o inversión privada, o invierta en energías alternas para cambiar las turbinas del Guri, así como aumentar la producción de Pdvsa para garantizar el combustible a las termoeléctricas.
«El reto más grande que tiene el país es la recuperación del sector petrolero y del sector eléctrico, porque ahí sí hay que abrir un nuevo paradigma por delante, donde la empresa privada tiene que jugar un rol fundamental. No puede ser que se mantenga el esquema actual. Hay que ir a un esquema mixto o de privatizaciones, porque ya el Estado venezolano teniendo necesidades grandes en los sectores de la salud, de la educación, de la vialidad que están deterioradas, deben contar con los recursos para recuperar las subestaciones, plantas de refinación para sacar gas, etc», expresó.
Apunta a que el sistema eléctrico nacional debe ser una prioridad a atender por el gobierno venezolano y lamenta que no le estén dando la importancia que merece el país, sometido desde hace más de 900 días a cortes eléctricos.
Más de dos años sin cobrar servicio
Raúl Azparren, exvicepresidente de la extinta Energía Eléctrica de Barquisimeto (Enelbar), indicó que el caos comenzó cuando se aplanaron las tarifas del servicio eléctrico, o se dejaron de cobrar hace dos años, y cuando el Gobierno creó Corpoelec en 2007 y agrupó 13 empresas eléctricas entre privadas y nacionalizadas en una misma corporación.
«No se hizo más mantenimiento en el SEN porque se congelaron las tarifas eléctricas, al crear Corpoelec, triplicaron el personal que trabajaba. En Lara teníamos 1000 trabajadores y llegamos a tener 3000, en ese momento el Gobierno se valía de tener un barril de petróleo en 100 dólares», indicó.