Osman Rojas | LA PRENSA.-El sector salud sigue en estado de coma. Cuando quedan cinco semanas para que finalice el año, médicos, enfermeras, pacientes y familiares coinciden en que este ha sido un año turbulento marcado por la escasez y la falta de personal capacitado en los centros de salud.
César Ribas, coordinador del grupo médico Lara Entera por la Salud, denunció que en los momentos actuales los hospitales en la región presentan una inoperatividad del 75% y un déficit de personal que alcanza el 83%.
“Vivimos en un país donde es pecado enfermarse” y “el hospital central es una gran morgue” son dos de las frases que han marcado la tendencia en lo que va de año y es que, para los médicos, la crisis humanitaria se acentúa con el pasar de las horas.
Nuestros hospitales sufren un olvido preocupante. Tenemos dos años gritando en el desierto que hay crisis hospitalaria, pero a nadie parece importarle. Llegamos a un nivel en el que ver morir a un enfermo es algo rutinario y eso es lamentable”, dijo Carlos Arroyo, médico intensivista.
El especialista refiere que en lo que va de año el sector salud no ha gozado de ningún mes en calma. “En enero fueron las muertes maternas y de febrero a mayo los conflictos gremiales. En junio empezamos con los paros escalonados y julio fue el mes de las asambleas permanentes. Este año quedó para el olvido”, continuó el doctor.
Jesús Guarecuco, presidente de la Sociedad de Médicos Internos y Residentes del Hospital Central, ha denunciado hasta la saciedad la falta de medicamentos e insumos con los que debe lidiar el Antonio María Pineda.
“Enfermarse en este país es empezar a morir”, fueron las palabras utilizadas por el doctor cuando habló de la crisis hospitalaria hace poco más de tres meses. Ahora mismo esa realidad no ha cambiado y es que, según Guarecuco, los familiares siguen comprando los medicamentos para que los enfermos no se mueran en la Emergencia. “Es de tercos seguir negando la crisis hospitalaria”, soltó el médico.
Los números que maneja la Dirección de Salud revelan que en la entidad las muertes maternas y neonatales se han disparado en un 43%, cifra que ubica a Lara como uno de los estados que peor servicio de salud presta en Venezuela.