Anggy Murillo | LA PRENSA DE LARA.- Este 6 de agosto se cumplen 412 años de peregrinación y veneración hacia la ciudad de La Grita, donde se encuentra la imagen del Santo Cristo o el Cristo del Rostro Sereno como también se le conoce, pues según cuenta la historia fue tallado por ángeles bajados del cielo.
Fue el 3 de febrero de 1610 a las 3:30 de la tarde, cuando un terremoto de magnitud 7.0 destruyó La Grita, lo que obligó a los frailes franciscanos trasladarse de lugar, pues el convento quedó en ruinas.
La congregación se movilizó hasta Tadea, ubicada a 15 minutos de La Grita. Ya instalados en el lugar, el fray Francisco, reconocido por sus habilidades artísticas, ofreció a Dios tallar la imagen de su hijo crucificado y consagrarlo en la nueva ciudad que se levantaría de los escombros.
De inmediato puso manos a la obra, tomó un enorme cedro donde trazó la imagen y con hacha en mano comenzó a esculpirla. Pronto ya tenía una figura humana erigida y sus extremidades perfectamente terminadas. Sin embargo, el rostro no había podido ser culminado, pues no lograba interpretar una expresión sublime.
Con el pasar de los días y al sentir que necesitaba ayuda, suspendió los trabajos y decidió hincarse a orar, pidiéndole a Dios la sabiduría para tallar una imagen perfecta. En ese momento cayó en un sueño profundo y cuando despertó escuchó algunos ruidos en su taller, como si alguien más estuviese trabajando sobre la madera.
Al echar un vistazo notó lo que parecía una figura humana envuelta en una luz radiante que lo dejó encandilado. Por la mañana contó su historia a los demás frailes y luego de la oración matinal se dirigieron hasta el taller donde se encontraba ya la imagen terminada y con la expresión que él tanto anhelaba.& ;
El fray Francisco lloró de la emoción. La imagen del Santo Cristo de La Grita, tal y como se la había imaginado, había sido esculpida por manos divinas, por los mismos ángeles y desde ese momento cientos de milagros han sido concedidos.
Santuario
En el año 2014 fue entregado a la Diócesis del Táchira el Santuario Diocesano que fue construido por órdenes del fallecido presidente, Hugo Rafael Chávez Frías, quien en varias ocasiones visitó el municipio Jáuregui y llegó al altar del patrono, a quien suplicó mejoras en su condición de salud, pues para el momento ya padecía del cáncer que terminó cegándole la vida.
La construcción cuenta con baños, cafetín, dormitorios y una pequeña capilla. El área techada, en la que cada 6 de agosto se congregan los feligreses a recibir la eucaristía, es adornada por 14 vitrales que representan el viacrucis que vivió Jesucristo en el momento en el que fue crucificado. La obra realizada por artistas cubanos, es considerada la más grande del mundo.
Con información de La Prensa del Táchira.