Luis F. Colmenárez | LA PRENSA DE LARA.- En la frontera venezolana,& ;desde el año 2019 se ha visto cómo ha aumentado la tendencia de mujeres con niños y adultos mayores que salen del país, con el único objetivo de reencontrarse con los familiares que habían emigrado previamente en busca de una mejor vida.
Ligia Bolívar, experta en derechos humanos e investigadora asociada al Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello, responsable del área de Derechos de Migrantes y Refugiados, explica que inicialmente se veía un mayor índice de hombres solos que dejaban a su familia en Venezuela para intentar encontrar mejores condiciones para ellos. Una muestra de ello es el hecho de que en Perú se haya llegado a reportar que el 70% de los hombres venezolanos que habían arribado a dicho país lo habían hecho sin compañía alguna.
Esto se une a que un amplio número de ciudadanos decidió regresar al país en medio de la pandemia por las restricciones que fueron impuestas en los países a los cuales decidieron ir a probar suerte. Pero al ver cómo se reactivaron las condiciones económicas decidieron marcharse de nuevo, sólo que esta vez animaron a miembros de su familia, amigos e incluso vecinos.
También se debe tener en cuenta que hay mujeres que son cabeza de familia y ven como una opción salir hacia otro país, por lo que deciden hacerlo en compañía de sus hijos y así ofrecerles un mejor futuro.
Afirma que uno de los temas más preocupantes en torno a esta situación es ver a niños y jóvenes sin acompañamiento que terminan siendo institucionalizados en Colombia, siendo llevados a diferentes albergues, en los que incluso pueden ser puestos en adopción a familias colombianas que cumplan con los requerimientos necesarios.
«Es un tema delicado porque son pequeños que salen de Venezuela con la intención de reencontrarse con su mamá y no están siendo escuchados, se les está truncando un proyecto de vida», dice la experta que menciona que las autoridades colombianas intentan contactar al Instituto Autónomo Consejo Nacional de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes (Idena), pero no tienen éxito.
Colombia y Perú continúan siendo las dos naciones con mayor presencia venezolana, les sigue el resto de países sudamericanos y Estados Unidos, donde cada vez se ven más personas ingresando por pasos irregulares. Bolívar menciona que muchos de los ciudadanos que están llegando a tierra norteamericana lo hacen después de haber probado suerte en Latinoamérica.
«Algunos estuvieron en Perú, se fueron a Chile y al no ver oportunidades decidieron migrar nuevamente, sólo que ahora hacia Estados Unidos», dice.
La experta alerta que muchos de los casos migratorios que se están dando son sin ningún tipo de planificación, la improvisación es la condición que los expone a diferentes peligros como estafa, extorsión y trata de personas que llega incluso a condenarlos a trabajar en condiciones similares a la esclavitud.
Subraya que la mayoría de los venezolanos que han migrado se dedican al comercio informal.
Puede ampliar esta información en nuestra edición impresa de este lunes 24 de julio.