Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- «La consulta de este sábado sirve para demostrar que hay una gran mayoría, que quiere votar en democracia«, señaló el politólogo Luis Salamanca, quien considera que el gobierno le& ; tiene miedo al ruido generado por el pueblo. Una participación que encaró a un gobierno que no permite cambios políticos, menos aún con la demostración del 6D, con unos resultados predeterminados por el CNE.
Al analizar el contexto de esta contienda, interpreta como una movilización que no fue controlada, sino que por el contrario fue el resultado de una participación espontánea, que no cayó en la coacción. «Tan sencillo, como que la gente quería estar allí y sin importar cualquier tipo de amenaza», acentuó el especialista.
Esto también le da un mensaje a la oposición para valorar este tipo de jornadas, cuyo efecto moral y valor emocional cobran más fuerza. Una raíz que se alimenta de esa esperanza por saber qué sigue en este camino. Solo la voz popular, tendrá esa última palabra para elegir los gobernantes y siempre y cuando las elecciones sean en un ambiente democrático. De allí, un juego limpio que desmonte «ese poderío de Maduro que dinamitó las garantías».
Según Salamanca, estos millones de venezolanos que están deseosos de un mejor país, tuvieron sus argumentos para acudir a votar el pasado 6 de diciembre. Se calificó como un pueblo abstencionista, pero en esta consulta demostró que su opinión está por encima. «Si la oposición se mantiene unida, realmente se tuviera una cantidad más amplia», replicó.
«La gente si está dispuesta a votar y solo desea mantener la confianza de unas respuestas sólidas para encarar este año 2.021 con las mejores intenciones de un parlamento que sea de respaldo para las necesidades de un pueblo, que clama por mejoras de los servicios públicos, poder tener poder adquisitivo y comprar los alimentos, gozar de un sistema de salud eficiente, y que obviamente haya un cambio político que expone la salida de Maduro como única forma de recuperar la libertad», señaló
Agregó que la oposición enfrenta el desafío de mantener ese favoritismo que prevaleció por encima de l chavismo cuyas cifras electorales son una muestra de fracaso.& ;