Agencias | LA PRENSA DE LARA.- Venezuela registra un aumento de casos de abuso sexual infantil. La migración —que llevó a miles a dejar a sus hijos al cuidado de un tercero— y la falta de clases en las escuelas públicas están entre las principales causas del repunte.
En algunos casos, según expertos, los abusos se producen incluso con el consentimiento del cuidador, desesperado por recibir un «pago» en alimentos o dinero en efectivo.
Un total de 5.519 denuncias de abuso sexual infantil se reportaron en 2022, 29% más que el año anterior, según datos oficiales a los que accedió la AFP. Del total, 2.311 fueron imputados y 1.013, condenados.
En la última década van más 17.000 imputaciones y 5.196 condenas.
Un informe de la ONG Una Ventana a la Libertad (UVL) revela que el delito de maltrato infantil es una de las seis principales causas de ingreso en prisión.
Vulnerabilidad
Unos 10 de los más de 30 millones de habitantes que tiene Venezuela son niños y adolescentes, según Unicef.
Expertos coinciden en que el abuso infantil se da «más fácil» cuando los jóvenes se encuentran en situaciones de vulnerabilidad.
La migración es un ejemplo claro. Jóvenes que quedaron al cuidado de abuelos, vecinos, tíos o familiares cercanos porque los padres o responsables directos han emigrado huyendo de la crisis económica, explica la criminóloga Magally Huggins.
«Están más solos, expuestos a violencia y aquí entra el abuso, este problema cultural ahora en aumento», alerta Huggins.
Otra razón, añade la criminóloga, es la crisis en el sistema educativo. «Las escuelas (públicas) no funcionan, sino un día a la semana o dos», agrega, pues debido a los bajos salarios los profesores redujeron sus horarios de trabajo. Y muchos jóvenes quedan entonces sin cuidados.
La Red por los Derechos Humanos de los niños, niñas y adolescentes (Redhnna) denuncia también casos en los que padres permiten el abuso a cambio de dinero o comida como «una medida de afrontamiento a la crisis económica».
«Eso lo estamos viendo de verdad con mucha frecuencia», sostiene la trabajadora social Angeyeimar Gil, investigadora de la Redhnna, que sigue la situación de los derechos de los niños a través de denuncias registradas en prensa.
Y «en muchas oportunidades (…) bueno, mamá migró o mamá está trabajando en tal sitio y no está presente en casa», continúa Gil.
Fuente: El Nacional.