La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ha otorgado un reconocimiento de alcance mundial a la tradición venezolana del Joropo, inscribiéndola este martes 09 de diciembre en su Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Esta distinción eleva a la máxima categoría una manifestación que es pilar fundamental de la identidad de los llanos y considerada como la banda sonora que refleja el profundo mestizaje cultural de Venezuela.
La decisión fue adoptada durante la vigésima sesión del organismo, llevada a cabo en Nueva Delhi. En este encuentro, la UNESCO reconoció al Joropo más allá de su faceta musical, considerándolo un complejo sistema de saberes que integra la poesía, la danza y la artesanía local. Este sistema es el resultado directo de lo forjado a lo largo de siglos entre las herencias indígenas, africanas y europeas que definen al país.


Joropo, una manifestación con variación geográfica
Si bien el arpa, el cuatro y las maracas son los íconos instrumentales más reconocidos, esta práctica cultural exhibe una notable variación geográfica. Dependiendo de si la expresión es catalogada como joropo oriental, andino, central o llanero, incorpora instrumentos diversos que van desde la bandola y el violín hasta el acordeón. Además, el Joropo constituye una vivencia cotidiana que acompaña a los venezolanos en sus faenas diarias, como el ordeño y el arreo de ganado, y en sus celebraciones familiares y religiosas. Sus letras actúan como una crónica oral del pueblo, narrando con humor, amor y dureza la vida en el campo.
Con esta inscripción individual, Venezuela suma otro elemento cultural a la lista de la UNESCO. Este reconocimiento al Joropo, una de las expresiones más emblemáticas de su identidad, sigue de cerca el ingreso en 2024 del casabe, una tradición culinaria ancestral a base de yuca, que fue inscrito como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad dentro de una candidatura multinacional.


