Osman Rojas | LA PRENSA de Lara.-& ;La madrugada estaba oscura, más oscura de lo normal. Eran las 4:00 de la mañana del insipiente 31 de marzo de 2019. En Venezuela se había confirmado un nuevo apagón nacional que mantenía, desde hacía más de 48 horas, al país entero sin luz. En medio de ese desalentador cuadro, Anysabel Chaviel, mujer de 27 años, empezaba con sus dolores de parto.
Según cuentan vecinos residenciados en la urbanización La Puerta, lugar en donde hasta hace poco vivió Chaviel, la mujer dio a luz en su casa sola, sin la asistencia de personal calificado. Cuentan los testigos que el parto duró unas dos horas y que se llevó a cabo en medio de oscuridad.
«Ella estaba sola con una sobrina de 16 años cuando empezó a sufrir de los dolores de parto. La muchacha asistió hasta donde pudo a Chaviel, pero cuando el dolor se intensificó ella salió a buscar a su madre que estaba a tres calles en la urbanización. La mamá se fue con la muchacha hasta la casa de Chaviel, pero cuando llegó allí la muchacha tenía a su bebé en brazos», comenta una vecina de la urbanización.
En el urbanismo todo el mundo se enteró de lo ocurrido y se fue a ver a la valiente mujer que pujó en medio de la oscuridad. Repuesto de la emoción que representa ver la llegada de un niño al mundo la primeriza madre fue trasladada hasta el ambulatorio de Cabudare, lugar en el que los médicos certificaron el buen estado de salud del infante.
«Fue todo sorprendente. La gente no podía creer lo que había pasado», dice Chaviel en un chat de WhatsApp a LA PRENSA. Afortunadamente el niño salió con bien y la historia de su nacimiento es sólo una anécdota que ahora causa gracia para los que la escuchan, pero que, en su momento, representó una violación tremenda a los derechos humanos.
Hoy en día Chaviel está en Colombia con su esposo y su hijo. Se fueron de Venezuela sabiendo que, de seguir aquí, nadie le garantizaba la atención al niño. «Lo que me pasó me marcó para siempre. Lo único que le pedía a Dios era tener la fuerza para tener a mi hijo sola. Es un sensación que no quiero repetir», dice desde el hermano país.
¿Cómo sobrellevar una emergencia? y ¿cómo no sentir que los derechos fundamentales de las personas son respetados? son algunas de las preguntas que las personas tienen un año tratando de responder.
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