viernes, 6 diciembre 2024
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Hambre y migración forzada disparan casos de esclavitud moderna

En Venezuela hay 9.5 casos de esclavitud moderna por cada 1000 habitantes.&

Ana Uzcátegui I LA PRENSA DE LARA.-& ;Tres niños deambulan por el Mercado Mayorista de Barquisimeto. Sus edades oscilan entre los seis y ocho años. Uno carga un cepillo limpiaparabrisas en la mano, los otros dos lo secundan llevando una botella de refresco llena de jabón y un paño. A toda persona que encuentran a su paso le piden dinero, le ofrecen limpiarle el carro y le dicen que tienen hambre. Algunos se conmueven al verlos tan delgados y vistiendo una ropa tan sucia y les dan dinero o algún alimento como recompensa. A los niños se les ilumina la mirada cada vez que eso ocurre, pero en vez de disfrutarlo y compartirlo, van corriendo a llevarlo a una mujer que los vigila desde lejos. Practican la mendicidad forzada, obligada por sus padres o por un tercero. Este es un tipo de esclavitud moderna, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La escena se replica en los mercados y semáforos de Lara y en las zonas urbanas del país, es un flagelo que está «oculto», a plena vista de todos.

Aunque Simón Bolívar abolió la esclavitud hace más de 200 años en Venezuela, cada vez existen más número de personas que ejercen un trabajo o una actividad legal o ilícita en contra de su voluntad, coaccionada, amenazada, engañada y explotada. Walk Free, una organización internacional de derechos humanos que emite el Índice Global de Esclavitud y ha señalado que en Venezuela hay 9.5 casos de esclavitud moderna por cada 1000 habitantes. Tras una evaluación de 160 países, la nación ocupa el puesto 24 a nivel mundial y en el continente americano lleva varios años ubicándose en el primer lugar, incluso por encima de Haití.

«La esclavitud moderna contempla un trabajo forzoso, que es todo aquello que tú haces de manera involuntaria, bajo amenaza. También lo ha definido la OIT en varios aspectos, como las niñas que son obligadas en varias sociedades a casarse con hombres mayores para servirles a cambio de nada o de sólo procrear», expresó Zair Mundaray, abogado especialista en crimen organizado transnacional.

La esclavitud moderna también incluye la trata de personas, la explotación sexual de mujeres, niñas, niños y adolescentes, la servidumbre por deudas, las prácticas esclavistas y la venta y explotación de niños. En todas sus formas, es la privación de la libertad de una persona. En el año 2021, la OIT registraba 50 millones de personas que vivían en esclavitud moderna en el mundo.

Fiebre del oro

Al sur de Venezuela, en la zona conocida como el Arco Minero del Orinoco, las personas que practican actividades de extracción lo hacen en condiciones infrahumanas, en jornadas laborales que van desde las 12 a 14 horas diarias, donde les es arrebatado el 70% del oro que sacan para pagar la comida y el cuarto donde duermen, de acuerdo con lo que señala una investigación realizada por el Centro de Derechos Humanos de la UCAB Guayana.

La vida de los mineros deja de pertenecerles desde el momento en que se aventuran en busca de la «Leyenda del Dorado». Hombres y mujeres de toda Venezuela, pero con mayor énfasis de zonas como Distrito Capital, Carabobo, Zulia, Anzoátegui, Monagas, Guárico, Sucre y Nueva Esparta viajan hasta el estado Bolívar, Amazonas o Delta Amacuro en busca de fortuna, ignorando que las minas de oro, coltán y diamante están controladas por grupos guerrilleros y otras organizaciones criminales. «Son quienes deciden quién entra y quién sale de la mina», señala una investigadora de la UCAB Guayana que prefiere el anonimato. El Arco Minero del Orinoco es un área considerada «Zona Económica Militar», porque el control y vigilancia en teoría está en manos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB); sin embargo, los casos de esclavitud moderna y explotación del ser humano ocurren a diario.

«La gente que llega a Bolívar ingresa a un esquema perverso en el que tiene que pagar para entrar a una mina controlada por grupos armados. Luego pagar por los materiales que se necesitan, como el mercurio, las barras excavadoras para romper el piso, las bateas, los sacos donde se coloca el material que se extrae, el llevarlo a los molinos, todo eso tiene un costo. Esas personas llegan sin dinero y empiezan a adquirir una cantidad de deudas y terminan trabajando en condiciones infrahumanas para poder pagarlas. De todo lo que produce un minero en un día, sea un gramo o cinco kilos de oro, a él le termina quedando como el 30% por todas las deudas y vacunas que tiene que pagar para permanecer vivo en la mina», contó la investigadora de la UCAB.

En la medida en que crece la criminalidad organizada, se requiere mano de obra esclava. En Venezuela el crimen organizado viene creciendo, según el exfiscal del Ministerio Público, Zair Mundaray. «En las zonas mineras se dan casos en zonas agrícolas y pecuarias, donde hay gente que trabaja prácticamente por comida. Se mantienen en estos lugares que son pocos vigilados o que permita la privacidad, que quedan alejados, fuera del alcance de las instituciones bien precarias que hay. Ha habido reportes también de personas que han sido captadas por grupos armados para hacer algunos trabajos, por ejemplo, cuidar instalaciones como laboratorios de droga, donde se siembra hojas de coca», comentó el abogado.

Puede ampliar esta información en nuestra edición impresa de este lunes 4 de marzo.

 

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