La crisis del transporte público en Venezuela se agudiza cada día. La flota de autobuses, en su mayoría obsoleta, con más de 30 años de servicio, se encuentra al borde del colapso. Esta situación genera un impacto directo en la calidad de vida de millones de venezolanos y de los propietarios, quienes claman por mejoras para continuar trasladando a las personas.
Para Fernando Mora, director ejecutivo de la Cámara Venezolana de Empresas de Transporte Extraurbano, la situación del transporte público en el país es crítica. Es afectado por la devaluación del bolívar y el mal estado de la flota.
Mora explicó que existen tres tipos de transporte: urbano, extraurbano e interurbano, pero el transporte urbano es el más afectado, pues enfrenta tarifas sociales que el Estado no compensa adecuadamente, lo que impide a los transportistas mantener y renovar sus unidades.
«El subsidio de combustible no es suficiente, ya que los transportistas no pueden operar de manera rentable en las condiciones actuales. Mientras que en el sector interurbano la tarifa está en orden, pero la reducción del volumen de pasajeros, debido a la migración, ha impactado negativamente», sostuvo Mora.
Tanto Mora como los demás transportistas, comentaron que más allá de ser repetitivos en el tema del costo del pasaje es que sustituir una unidad de transporte público actualmente se les hace cuesta arriba, pues en el país no hay plan de financiamiento ni créditos por parte de la banca.
Para obtener una unidad nueva se requiere entre 100 mil y 250 mil dólares, un precio que para muchos conductores se les hace casi que imposible, debido a que en Venezuela no hay capacidad de ahorro porque los repuestos y todo lo requerido para mantener activos los vehículos se encuentran dolarizados.
Este panorama ha hecho que en varias oportunidades los sindicatos de transporte público exijan financiamiento y un plan del Estado venezolano para mejorar la flota.
Los transportistas comentaron que de existir planes de financiamiento se requieren plazos más largos, entre 48 y 60 meses para pagar la inicial. Acotaron que pagar los préstamos a los bancos es cuesta arriba, su ingreso no les da la base para asumir la responsabilidad y es por eso que requieren de planes de financiamiento del Estado.
Geovanny Peroza, secretario general del Sindicato Automotor del estado Lara, dijo que aunque el sector se ha estado levantando luego de cuatro años, siguen arrastrando los problemas como la falta de combustible, repuestos, financiamientos y otros beneficios que en años anteriores tuvieron.
«Si el Gobierno decidiera invertir en el sector, la renovación de la flota tendría que hacerse de forma progresiva y por etapas, dado que no es posible solucionar el problema de inmediato. Pero aquí la falta de apoyo y políticas adecuadas para el transporte ha llevado a una crisis en el servicio», acotó Peroza.
En el país hay unas 150 mil unidades de transporte público y hay un déficit de al menos el 30%, según explicó Mora.
En los municipios Iribarren y Palavecino hay alrededor de 3 mil 500 unidades de transporte que se han ido recuperando por parte de los propietarios en un 10%. Para algunos conductores, hace unos 10 años existían más busetas, pero debido a la migración y la situación económica muchos decidieron parar las unidades y dedicarse a otro oficio.
No hay fabricaciónde unidades de transporte
En Barquisimeto se observan unidades de transporte envejecidas, cauchos desgastados, tapicerías y carrocería en mal estado, que pese a su antigüedad continúan en la calle. Son microbuses que ya cumplieron su vida útil, pues algunas son de la década de los 80, pero debido a la crisis económica no pueden obtener nuevos.
Mora explicó que en Venezuela no hay fabricación de microbuses, por lo que deben importarlo, siendo esto muy costoso para el transportista.