Francisco Cañizales, ambientalista larense, destaca la urgencia de fomentar una mayor conciencia ciudadana sobre el uso racional del agua, la electricidad y los suelos, frente a una creciente crisis ambiental agravada por la deforestación y la falta de políticas públicas efectivas.
Con motivo del Día Mundial de la Tierra, este 22 de abril, exhorta a la población a tomar conciencia sobre la importancia de aprovechar de forma responsable los recursos naturales. Asegura que la crisis climática y los impactos visibles en el ambiente exigen un cambio inmediato en los hábitos de consumo, así como un compromiso colectivo en su conservación y uso racional.


«La conciencia ambiental no puede limitarse a un día al año», afirma. A su juicio, el uso desmedido del agua, el mal manejo de la electricidad, la deforestación para actividades agrícolas y la falta de medidas efectivas por parte de organismos públicos han agravado la vulnerabilidad ambiental, especialmente en el semiárido.
«El agua no es infinita ni tampoco el suelo fértil. Cuando las personas derrochan agua porque ‘mañana vuelve’, o talan árboles para sembrar sin control, están comprometiendo el futuro del ecosistema«, señala. Según explicó, muchas comunidades malgastan el agua por falta de educación ambiental, dejando grifos abiertos o sin reparar fugas. «Mientras unos sectores se inundan de agua, otros sobreviven con un suministro escaso y errático», sostuvo.


Los ecologistas piden consumo de recursos con sostenibilidad.
En cuanto al uso de la electricidad, destacó que si bien Venezuela atraviesa problemas estructurales en el sistema eléctrico, aún falta un cambio cultural en la ciudadanía que permita reducir el consumo innecesario.
Fue enfático en señalar que no hay una política pública coherente para enfrentar la crisis ambiental. A pesar de que el país es signatario de tratados internacionales, en la práctica «las decisiones gubernamentales van en dirección contraria a la protección del ambiente». Propuso convertir a cada ciudadano en un «brigadista de la reforestación«, promoviendo la siembra de árboles y la recuperación de espacios naturales.
Hizo un llamado a repensar los sistemas agrícolas actuales que tienden a eliminar la cobertura vegetal. «Hay que buscar modelos de producción sostenibles que mantengan la biodiversidad y permitan el equilibrio con el entorno«, indicó.