Las enfermedades que causan el deterioro cognitivo pueden afectar las capacidades mentales a cualquier edad cuando no hay la debida atención. Se asociaban directamente con la vejez, pero psiquiatras y neurólogos coinciden en pedir que no se confundan con un indicativo de la tercera edad. La disminución de la memoria suele encender alarmas, por lo que se debe obtener un diagnóstico temprano.
Según registros de consultas de neurología y psiquiatría, cuatro de cada 10 pacientes acuden por enfermedades neurodegenerativas, entre las que figuran el alzhéimer y la demencia vascular. Trabajar de manera preventiva la reserva cognitiva ayuda a que el progreso de estas enfermedades sea menos agresivo e indirectamente reduce el desgaste de los cuidadores.
Estas enfermedades alteran funciones como la memoria, la atención, el pensamiento, la orientación, las habilidades operativas y el aprendizaje, y causan trastornos neurocognitivos con riesgo de daños irreversibles y discapacidad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen más de 55 millones de casos a nivel mundial, de los cuales 10.3 millones se encuentran en América. Las proyecciones indican que esta cifra podría aumentar a 78 millones en 2030 y alcanzar los 139 millones en 2050.
«Más allá de un incremento de casos, es que la familia o pacientes están siendo más conscientes y entienden que se trata de enfermedades neurodegenerativas, más allá de las debilidades normales por el avance de la edad», explica el neurólogo Claudio Cárdenas, cuyos pacientes representan el 40% de su consulta.
Las comorbilidades, como la hipertensión arterial crónica, la diabetes mellitus tipo 2, los problemas renales, la afección arterial y la depresión crónica, implican una mayor posibilidad de que, al descuidarse el control médico, pueden desencadenar una enfermedad vascular cerebral. Son pocos los casos en menores de 45 años de edad, a menos que sean consecuencia de esquizofrenia, uso de sustancias estupefacientes, alcoholismo, traumatismos craneales, hipotiroidismo, deficiencia de vitaminas del grupo B y apnea del sueño.


Deterioro cognitivo puede ser más frecuente en mujeres
La OMS advierte que la probabilidad de desarrollarla es mayor en mujeres, con un 8.1%, mientras que en hombres es de 5.4%. Cárdenas refiere que entre las causas se encuentran que ellas suelen vivir edades más avanzadas y sufren un descenso del estrógeno durante la menopausia, lo que vulnera las neuronas. Además, están más propensas a enfermedades psicológicas, principalmente ansiedad y depresión, así como al bajo nivel sociocultural, cuando tienen menos acceso a la educación, lo que afecta la reserva cognitiva.
Cárdenas explica que cuando falta la salud mental de un paciente, su estilo de vida cambia y afecta a la familia. Se trata de un deterioro progresivo: la persona pierde facultades y, en la mayoría de los casos, se envuelve en un mundo paralelo de confusión. El paciente no puede realizar funciones operativas sencillas, como quitarse la ropa, comer y otras acciones cotidianas.
El psiquiatra Eduardo Tálamo dijo que es preferible que el Alzheimer comience a manifestarse más tarde, y que un diagnóstico temprano ayuda a tomar medidas para conservar la autonomía, evitando la pérdida de facultades físicas.
Advierte que se desestiman los efectos del estrés, la ansiedad y la depresión como posibles detonantes de esta enfermedad, debido a la fatiga e inflamación cerebral que genera un desequilibrio del cortisol, la hormona que activa el estrés.
Dice que cuando se interfiere directamente con el sueño, el cerebro empieza a perder facultades. Tálamo indica que la higiene del sueño es preventiva y saludable para gozar de estabilidad emocional, sin irritaciones ni alterar el estado de ánimo. Todo puede ser tan simple como respetar la necesidad de descanso mínimo de siete horas diarias, preferiblemente de noche, y no considerarlo como un acto automático, por el simple hecho de dormir sin sentir bienestar.
Pacientes con enfermedades crónicas como la hipertensión no pueden confiarse en que cumplirán con un tratamiento por varios años sin actualizar su dosis con el médico. No se trata de imponer una dieta tan rigurosa, pero sí de hábitos saludables y abstenerse de abusar de alimentos procesados. Además de sumar vida a través de la actividad física, porque el sedentarismo y el sobrepeso pueden causar la pérdida de habilidades mentales.

