Los cambios de temperatura a final de año, que suelen ser altas durante el día, pero descender durante la noche y extenderse hasta primeras horas de la mañana, son las principales causas del aumento de la incidencia de influenza y rinovirus en esta época. De allí que pediatras advierten a los padres que no deben exponer a sus hijos a estos riesgos, cumplir con la vacunación y cuidarlos del contagio.
Según la doctora, Florángel García, presidenta de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría en Lara, los niños suelen ser más vulnerables a la influenza y rinovirus en estos momentos, por lo que los padres no se deben descuidar y «confiarse» en la automedicación, que —dependiendo del caso— puede terminar en complicaciones de infecciones respiratorias.
No se puede dejar pasar más de 72 horas con síntomas de alarma, como decaimiento, fiebre continua y muy alta, falta de apetito, dolencia estomacal, dificultad respiratoria, entre otros. Lo más conveniente es la consulta con un pediatra, quien seguramente referirá al niño o niña al neumonólogo para el tratamiento definitivo.
Cómo prevenir la influenza
Recalca la doctora García que lo indispensable es prevenir, manteniendo la hidratación y consumo de frutas. Además de prohibir el contacto con personas que estén padeciendo cuadros virales, incluso los padres deberían usar el tapabocas en sus casas. Los niños deben aprender que para proteger a los demás se debe usar el antebrazo, al momento de estornudar.
Para el pediatra e infectólogo, Antonio González Mata, existe el riesgo de niños menores de dos años que se contagian del virus sincitial respiratorio que suele implicar hospitalización. Puede ser agresivo y peligroso, incluso asociarse al covid-19.
Los especialistas reiteran que es indispensable la inmunización, cumplir con las dosis de la vacuna de influenza desde los seis meses de nacido y luego a partir de un año.
El cuidado también empieza por espacios sin tanta exposición al aire acondicionado o ventilador, además de la higiene, libre de polvo, incluso al limpiar con trapos húmedos. Cambiar las cortinas con regularidad y no colocar peluches que pueden contener polvo.