Anggy Murillo | LA PRENSA DE LARA.- Para la doctora en Ciencias Políticas de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y especialista en asuntos internacionales, Elsa Cardozo, la supuesta colaboración de Álex Saab durante 12 meses con la Administración de Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA), por sus siglas en inglés, le complicaría el terreno al gobierno de Maduro en torno al diálogo que se efectuaba en México y en el que exigía su incorporación como diplomático venezolano.
«Por ahora lo que ha respondido el Gobierno es que no creen en esta colaboración, sino que es una estrategia del gobierno de Estados Unidos, pero en todo caso sí se le complica al Gobierno mantener esa tesis de que deben reincorporarlo al diálogo, pero también pudieran aprovechar ese argumento en este momento para no volver a sentarse», explicó.
Señala que la mayoría de los gobiernos del mundo no le dieron el visto bueno a esta petición de los representantes de Maduro y recuerda que ante la respuesta negativa que hubo fue lo que los llevó a levantarse de esta mesa de negociaciones en octubre de 2021.
¿Seguiría insistiendo el gobierno de Maduro en el caso de Saab?
Él (Saab) plantea un tema muy serio al Gobierno, crea o no que es colaborador de la DEA. (Esto) debería sembrar una duda bastante grande sobre el papel de este señor, además hay papeles que han comprobado que en efecto trabajó para ellos. Su propio abogado dio declaraciones no muy convincentes, pero pareciera que ese no debería ser el pretexto para el Gobierno.
Hay más de 20 países más la Unión Europea solicitando retomar las conversaciones. ¿Cree que esto sea posible?
No es solamente que hay que regresar a México, es que hay que trabajar para que eso rinda frutos y para que eso se logre desde afuera, hay que darse cuenta que al fin y al cabo es un arreglo entre venezolanos.
¿Se deben involucrar nuevos actores en estas mesas de conversación?
Eso debe ser parte de la negociación que debe haber dentro de cada uno de los sectores y después negociar y lograr el reconocimiento de la contraparte, pero no tiene sentido que un lado defina quienes representan a otro, eso no tiene sentido ni de parte de la oposición ni de parte del Gobierno. Cada uno decide quien lo representa y luego, a partir de esa plantilla se negocia la disposición a conversar en esos términos.
Venezuela está en este momento en la situación de volver a la mesa como si nada hubiera pasado, pero han pasado muchas cosas y hay que trabajar para construir la negociabilidad, reconstruir las condiciones que hagan posible esa negociación, pero sin que haya que renunciar a lo que el documento inicial recoge.
¿Cuáles creen que deberían ser los nuevos puntos a exigir?
Por el Gobierno no tengo idea de si van a cambiar su discurso de que el tema son las sanciones,& ;pero para la oposición el menú debe ser el mismo.& ;
Las condiciones electorales que se cumplieron en el mes de noviembre fueron muy básicas, pero aún así la oposición logró ganar en Barinas, a pesar del recurso insólito de desconocer los resultados y repetir el proceso.
¿Qué debería hacer la oposición?
Yo creo que la oposición debe hacer dos faenas simultáneas. Una de ellas es trabajar en una estrategia para que se logren las condiciones electorales y todo lo que exigió al principio, pero también debe tener una estrategia política interna para unificar criterios y pensar que lo que pasó en Barinas es la combinación de ambas estrategias.
Hemos visto que es muy difícil y muy complejo para la oposición, en parte por su dinámica interna propiamente dicha, pero se puede lograr.
¿Son los representantes del G4 los rostros más idóneos para continuar con las conversaciones?
Yo creo que eso lo tienen que decidir entre ellos (oposición). En este momento el propio G4 está en una situación de reconfiguración, así que le corresponde a ellos revisar a esos partidos. Se deben construir acuerdos antes de ir a esa mesa para revisar las representaciones que se habían hecho, sobre el equipo que está representando a la plataforma democrática para así fortalecer su capacidad de negociación y de representación.
Teniendo en cuenta el carácter autoritario del gobierno de Maduro. ¿Son posibles las negociaciones?
Siempre lo es, siempre es posible buscar acuerdos y lograr intentar y mantener abierto ese canal de comunicación porque hay muchas razones.
¿Cómo afectaría el conflicto Rusia –Ucrania a Venezuela?
No hay que olvidar que Rusia es parte del equipo negociador de México. Aquí el efecto puede estar por allí, por la presión de Rusia con esas conversaciones, lo que se pueda complicar por ese lado, pero honestamente parece difícil pensar que Rusia puede poner o quitar recursos que sean decisivos para el gobierno venezolano ni para el futuro de Venezuela, lo que sí puede es fastidiar o complicar.
¿Qué es lo que busca Vladimir Putin en Ucrania?
Busca mayor reconocimiento como potencia internacional, la idea de la gran Rusia. Esto es como la fiesta de Putin, porque la atención internacional que ha recibido es altisonante, de modo que si quería atención y quería ser reconocido como un actor importante en la política internacional lo ha conseguido, eso ha sido un gran logro para él. Sin embargo, uno de sus propósitos ha sido una y otra vez dividir a occidente y dividir las democracias.
¿Decidiría Putin finalmente invadir a Ucrania?
Él tiene varias vías para lograr ese propósito. Dentro de los instrumentos que ha estado utilizando se encuentra lo que se llama la guerra híbrida, que es la utilización de desinformación y de infiltración de redes, obstaculización y hasta bloqueo de sistemas cibernéticos, como ha sido bloquear las redes del gobierno de Ucrania que es una cosa terrible, hace poco bancos y cajeros automáticos resultaron bloqueados. Es un secreto a voces que Rusia tiene una fuerte inversión y prioridad en el desarrollo de esos sistemas, en el manejo y control de comunicaciones.
Otra ruta que ya tomó es el reconocimiento de la independencia de las dos regiones que integran el Donbass, que son las provincias de Donetsk y Lugansk.
¿Eso qué significado político tiene?
Reconocer la independencia de estos países es un paso político muy grande porque es la desintegración de Ucrania por otros medios. Reconocer la independencia de dos regiones puede complicar las cosas porque puede no ser una guerra declarada desde afuera o una invasión en el sentido clásico, sino un proceso que pareciera como el que se vivió en Crimea, que después de haber sido penetrada por los rusos decidió a través de una elección adherirse a este país.& ;
¿Qué otros planes pudieran existir?
La otra fórmula que también está prevista en los planes rusos, según lo que se ha filtrado y ha sido considerado por los sistemas estratégicos de Europa y los Estados Unidos, es entrar a Kiev desde Bielorrusia. Ya los rusos tienen su buen tiempo realizando ejercicios militares en Bielorrusia y por ahí podría ser la entrada más aparatosa.
¿Cuál pudiera ser la respuesta de Ucrania?
Los rusos no la tienen tan fácil como piensan. Se ha hablado de que la capacidad de resistencia de Ucrania no es poca y está muy bien asesorada, tiene el respaldo y los recursos que le puedan ofrecer ya en el terreno los países aliados, el problema es que Ucrania no es miembro de la OTAN.
Es un tema delicado y de hecho el gobierno de Ucrania no le ha pedido a ningún país que haga presencia en su territorio, eso complicaría varias cosas, de manera que la situación de los ucranianos es muy difícil.
¿Y si fuera miembro de la OTAN?
Es a lo que le temen los rusos. En los sistemas de seguridad colectiva funciona lo que llaman el principio de los tres mosqueteros.& ;
El ataque a uno es considerado el ataque a todos los demás, ese es el tema. Sería considerado como un ataque al territorio de Francia, Alemania o los Estados Unidos, pero Ucrania no es miembro de la OTAN, allí es cuando el tema es complejo y habría que ver cómo evoluciona el conflicto y de qué manera o qué otros apoyos pueden surgir.
¿Pudiera Putin utilizar a sus aliados como territorios de ataque?
Pareciera que lo está haciendo con Bielorrusia que sería el más útil de los aliados de Rusia.