Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- Con una cartera agrícola de apenas 150 millones de dólares dirigida exclusivamente a productores de maíz y arroz que cubre sólo el 10% de los requerimientos de la agricultura nacional, con el 70% de las maquinarias del campo en condiciones de obsolescencia, con escasez de semillas, combustible y con el ingreso de agroinsumos sin ningún tipo de control sanitario. Este año los productores del campo hicieron de tripas corazón, pero no se dejaron desanimar por el panorama económico hostil y con pulmón propio lograron aumentar un 40% la producción en los rubros de mayor demanda: maíz, arroz, caña de azúcar, café y frijoles. Así lo aseguró Celso Fantinel, presidente de Fedeagro.
«La agricultura está en modo supervivencia, no estamos bien. Llegamos al tope de lo que podíamos producir en las condiciones adversas en la que nos encontramos, porque no hay una política de Estado para levantar la producción. Se necesitan 1.500 millones de dólares anual para llegar a los niveles de producción de alimentos que se tenían en 2010», precisó.
Mencionó que aunque aumentaron los niveles de producción, el gran problema este año fue la caída del consumo desde el mes de julio, y las disputas que tuvieron los productores primarios con la agroindustria que pagaron los cereales y el café por debajo de los precios internacionales, violando el acuerdo que tenían desde 2020.
Desde el mes de octubre comenzaron las fuertes diferencias con la agroindustria, porque la tonelada de maíz blanco para elaborar harina precocida lo pagaron en 360 dólares, cuando este commodity se cotiza a escala internacional en 450 dólares la tonelada. El maíz amarillo para elaborar alimentos procesados para animales lo pagaron en 300 dólares la tonelada, pero afuera del país se vende en 410 dólares, y el café en los campos de Mérida, Morán, Andrés Eloy Blanco y Duaca en Lara, Portuguesa, Trujillo, Táchira, Monagas y Sucre lo pagaron entre 150 y 190 dólares, a pesar de que el Ministerio de Agricultura y Tierras firmó un acuerdo el 24 de noviembre en el que los precios se establecieron en 220 y 240 dólares el quintal de café.
«El consumo no termina de despegar. Por ejemplo, el caso del maíz entre los años de 2010 y 2013 el consumo nacional era de cuatro millones de toneladas por año, con una población de 27 millones de habitantes. Hoy con la migración masiva de venezolanos se tiene una población similar, pero el consumo es apenas de dos toneladas de maíz al año. Quiere decir esto que la población sigue sin comer completo, no satisface sus requerimientos calóricos que indica la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). O se están llenando la barriga sólo de arroz, arepa, ¿pero dónde está la proteína animal, vegetal?», aseveró Fantinel.
Pierden cosechas
Para los gremios agrícolas es tan preocupante la caída de la demanda de alimentos que muchos productores de hortalizas han perdido este año cosechas completas porque la gente ya no está comprando rubros como el pepino, brócoli, calabacín, berenjena, tomate, ají dulce, ajoporro, céleri, yuca, batata, cebollín (cebolla en rama) y cebolla redonda por sus elevados precios.
«Las estimaciones que tenemos es que se están perdiendo alrededor 25 mil toneladas mensuales de hortalizas por la caída de la demanda en los tres estados andinos, y en Lara, Portuguesa y Aragua. Hay productores que como los revendedores quieren pagarles la cosecha muy barata, como el saco de batata que pretende pagarlo en un dólar, prefieren no recoger la cosecha ni pagar el flete hasta las comercios, simplemente dejan perder sus alimentos», explicó Juan Carlos Montesinos, presidente de la Asociación Venezolana de Agricultura Familiar.
Escasez de semillas los golpea
Aunque la cosecha de maíz no ha terminado, el presidente de Fedeagro, Celso Fantinel, sostiene que este año lograron producir un millón de toneladas en el ciclo de invierno, de arroz 120 mil toneladas. En café se produjeron 700 mil quintales, en frijol asegura que el sector este año batió récord en el ciclo de norte verano (de noviembre 2021 a abril 2022), porque produjo 75 mil toneladas.
«Las proyecciones es que para el próximo año se mantengan las mismas cifras o haya un descenso, porque ya llegamos al tope para poder crecer con financiamiento propio, además hay una inflación anual de 213%, según el Observatorio Venezolano de Finanzas. Esas condiciones tienen que cambiar», exclamó.
Papa sin suerte
Antonio Escalona, presidente de la Corporación Venezolana de la papa (Corpopapa), indicó que este rubro no tuvo la misma suerte que el maíz. Los productores se las están viendo difícil porque hay un déficit de semillas de papa de consumo fresco de 10 mil toneladas y una necesidad de 4000 toneladas para papa de tipo industrial.
Alega, además que el Estado sigue permitiendo la entrada indiscriminada de papa colombiana por las trochas con Colombia, que es revendida muy por debajo del precio de la producción criolla.
«La producción nacional de papas está en emergencia, los productores ya no se interesan para sembrarla porque es muy costoso producirla», manifestó. Según datos estadísticos, la producción anual de papa fue de 21.300 toneladas, pero el mercado demanda 52.000 toneladas.
Tres años de cifras positivas
José Ricardo Álvarez, presidente de la Federación de Asociaciones de Cañicultores de Venezuela (Fesoca), informó que la molienda de caña de azúcar lleva tres años consecutivos aumentando. En la zafra 2021-2022 se molieron 2.824.000 toneladas, abasteciendo el 45% del consumo de azúcar en el país.
Precisó que actualmente se encuentran activos cuatro centrales azucareros, administrados por el sector privado de 16 que hay en total en el país. Estos son: Central La Pastora en Lara, opera al 50% de su capacidad instalada; Molipasa y Portuguesa en el estado Portuguesa tienen una capacidad activa del 75% y Central El Palmar en Aragua a 40% de su capacidad.
El central azucarero de Carora se encuentra cerrado y 11 centrales azucareros que están en manos del Gobierno no están moliendo caña.
«La producción de caña se viene recuperando porque los precios se dolarizaron y ya se consiguen los insumos», destacó.
Siguen sufriendo por el combustible
En las zonas agrícolas del país el suministro de gasoil para la siembra sigue siendo a cuentagotas. Según comunicó Juan Carlos Montesinos, abogado, presidente de la Asociación Venezolana de Agricultura Familiar, los precios de los alimentos aumentan porque los productores deben comprar este combustible en el mercado negro.& ;
70% de los tractores en malas condiciones
Saúl López, presidente de la Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos y afines (Sviaaorg), informó que en el país 76 mil tractores necesitan ser reemplazados. Esta cantidad representa el 70% del total que tiene el sector agrícola en el país, porque tienen más de 15 años de obsolescencia.
«Nosotros planteamos que el sector bancario financie a empresas de servicios de maquinarias porque sería casi imposible financiar a todos los productores como era antes, que cualquiera podía comprar una maquinaria a crédito en EE. UU. o Brasil y pagarla a tasa de 6% en cinco años. La realidad cambió», alegó.