Lamentarse por las cosas que no se lograron en el año es algo que puede afectar tremendamente la salud mental de las personas. De acuerdo con lo explicado por diversos expertos en conducta, una de las peores cosas que pueden hacer las personas cuando termina un año es centrarse en aquellas cosas que no lograron.

María Alejandra Sivira, despedir el añoy directora del Centro Integral de Bienestar Emocional (Cibe), menciona que es común que, cuando un ciclo se cierra (fin de año por ejemplo), aparezcan pensamientos intensos que terminan generando un malestar emocional.

«Cada vez que socialmente se cierra un ciclo para abrirse uno nuevo se genera un malestar emocional. Más allá del cansancio físico, estamos hablando de un agotamiento mental por todas las cosas que quedaron pendientes y por las cosas que se desean proyectar en el nuevo año. Todo esto quiere decir que hay turbulencia de pensamientos que dominan la realidad y el estado presente porque nos sentimos presionados, porque las cosas planteadas no fueron logradas», explica Sivira.

Centrarse en agradecer las experiencias vividas

La especialista comenta que la clave para entender este comportamiento está en el descontento que pueden tener las personas. En este sentido, recomienda no hacer balances negativos, sino centrarse en las cosas que, de alguna u otra manera, representan crecimiento personal.

«Lo primero que tienen que tener en cuenta las personas es que la clave de todo está en el agradecimiento. No es recomendable bajo ninguna circunstancia quedarse en las metas que no se lograron, porque eso genera una carga innecesaria para continuar», dice.

Una de las cosas que recomiendan los especialistas para tratar de superar estos pensamientos es aprender a aceptar lo que se tuvo y lo que no. De este proceso se pueden extraer una serie de aprendizajes que terminen generando un impacto positivo.

Según la psicología, lo recomendable es hacer este ejercicio de forma trimestral. Esto permitirá a las personas obtener aprendizajes sencillos, como el hecho de saber que no todo el tiempo es necesario el dinero para valorar a las personas que se tienen al lado, mientras que, un aprendizaje más complejo está en el hecho de aprender a decir que no y poner límites.

Psicólogos resaltar que se debe aceptar lo que no se puede cambiar

Andrés León, psicólogo venezolano radicado en Estados Unidos, comenta que estos pensamientos de frustración pueden aparecer incluso al preocuparnos por cosas que, en teoría, no podemos controlar, como las situaciones sociopolíticas.

«Hay que mantener un pensamiento claro. Qué quiero decir con esto: es necesario tener pensamientos realistas. Desesperarte por algo que no pasó no vale la pena. Es importante saber que hay cosas que no podemos controlar», menciona.

Llegar a fin de año con estos pensamientos es algo peligroso. Los especialistas consideran que, además de amargura o rabia, pueden aparecer otras emociones como la frustración e incluso condiciones más fuertes, como la ansiedad o la depresión.

En este sentido, las personas más vulnerables a terminar «fundidas emocionalmente» son aquellas que deben lidiar con la soledad o que sencillamente han perdido a algún familiar recientemente.

«El ser humano es un ser de costumbres y muchas veces, cuando lo que siempre hemos tenido nos falta, tendemos a vivir de recuerdos y la nostalgia no siempre es buena. Es importante saber identificar estos patrones, porque no todas las personas reaccionan igual a determinadas circunstancias», comenta León.

Proteger la salud mental en estas épocas

Otra de las recomendaciones que hacen los expertos está directamente relacionada con saber identificar las emociones. Diciembre es un mes que, por lo general, despierta sentimientos encontrados y muchas de las personas tratan de resolver en 31 días lo que no se logró en 11 meses, algo que termina generando un agotamiento adicional.

Para poder sobrellevar esta situación, los especialistas aconsejan no sucumbir ante la presión social que puede generar el último mes del año.

En esta línea se hace mención a aceptar las situaciones como vienen llegando y no dejar que la ausencia de una cena, un regalo o ropa les minimice.

«La sociedad venezolana, históricamente, ha hecho de las celebraciones navideñas un evento único. Hay personas que desde finales de octubre o principios de noviembre ya están planificando cómo van a celebrar el 24 y el 31 de diciembre y, de forma consciente o no, esto termina generando presiones adicionales», menciona León.

Los expertos en conducta humana afirman que es necesario que, cuando se tengan pensamientos de este tipo que afecten la salud mental, se acuda a un especialista para lograr identificar el problema de base y no terminar viviendo amargado, ansioso o frustrado por no haber conseguido los objetivos trazados.