Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- Se conmemoran dos décadas desde que se registró el fallido golpe de Estado que sacó por dos días del poder a Hugo Chávez. Analistas sostienen, que a la fecha Venezuela sigue sumergida en una profunda crisis política porque los hechos que sacudieron a la población los días 11, 12 y 13 de abril de 2002 le dieron pie al fallecido presidente de consolidar un gobierno autoritario, perseguir a los militares que apoyaron el golpe y utilizar la fuerza de los organismos de seguridad para dispersar protestas opositoras.
A su vez, afirman que desde entonces los partidos de oposición han caído en una serie de errores políticos, como el hecho de generar falsas expectativas a los venezolanos prometiendo salidas inmediatas del Gobierno, sin contar con una estrategia clara para lograr una transición democrática y sin tener el apoyo militar, eso ha provocado desilusión en un sector de la sociedad y descontentos internos que han hecho que la oposición hoy se encuentre fragmentada.
El golpe de Estado del 11 de abril de 2002 lo desencadenó un paro laboral de los empleados de Pdvsa en rechazo al nombramiento por parte del Ejecutivo nacional en febrero de ese año, de una nueva directiva para la empresa. El 10 de abril, la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) convocó una huelga general apoyada por Fedecámaras, la Iglesia Católica y la oposición. El 11 de abril, la Coordinadora Democrática convocó una marcha desde el Parque del Este en Caracas hasta la sede de Pdvsa en Chuao.
Nelson Chitty La Roche, abogado constitucionalista, aún recuerda esa marcha por haber sido la más multitudinaria de la oposición. Ese día, a las 2:00 pm Fedecámaras, CTV y partidos políticos decidieron animar a la multitud para marchar hasta el palacio de Miraflores y exigir la salida del presidente.
«Chávez estaba en Miraflores rodeado por simpatizantes. Al anunciarse que la marcha opositora prosiguió a Miraflores, el partido Movimiento V República (MVR) convocó de urgencia a los círculos bolivarianos para que la oposición no llegara al palacio. Había gente apostada en edificios de instituciones públicas (francotiradores) y civiles disparando, el único responsable de esa masacre era Chávez», exclamó Chitty, quien recuerda cómo Jesús Orlando Arellano, de 34 años de edad, fue la primera víctima en ser alcanzada por los disparos en la esquina La Pedrera de la avenida Baralt.
Un ensayo elaborado por la historiadora, Margarita López Maya, de octubre de 2002, «El golpe de Estado del 11 de abril en Venezuela y sus causas», indica que al finalizar la tarde de ese día, habían muerto 19 manifestantes opositores.
Mientras ocurrían esos hechos, Hugo Chávez se encadenó por radio y televisión, y los canales de televisión abierta decidieron dividir la pantalla en dos y seguir transmitiendo lo que acontecía en el centro de Caracas. También un grupo de militares dirigidos por el vicealmirante, Héctor Ramírez Pérez, se reunieron para pronunciarse por los hechos violentos y desconocer a Hugo Chávez.
A las 3:00 am del 12 de abril, el general en jefe de la Fuerza Armada, Lucas Rincón Romero, anunció por los medios de comunicación que los militares solicitaron la renuncia a Hugo Chávez y que este la había aceptado. Horas más tarde, Pedro Carmona Estanga, presidente de Fedecámaras, anunció que asumiría la presidencia de Venezuela al frente de un gobierno de transición cívico-militar.
Horacio Zavala, politólogo, indicó que a partir de ese momento en Venezuela se desarrollaron una serie de acciones que violaban el hilo constitucional. La primera es que la renuncia de Chávez nunca fue pública, y que lo correcto era que fuera presente ante la Asamblea Nacional.
Carmona Estanga dijo que iba a estar en el poder un año con la excusa de «arreglar al país», cuando la Carta Magna establece que al haber vacío de poder quien debe asumir es el presidente del Poder Legislativo, y convocar elecciones presidenciales los 30 días siguientes.
Adicionalmente, Carmona promulgó un decreto en el que disolvía todos los poderes públicos en Venezuela, le quitó el nombre de «Bolivariana» a la República y se suspendieron 49 leyes habilitantes.
«Carmona cometió errores al nombrar su gabinete de gobierno, colocó al vicealmirante Héctor Ramírez Pérez como ministro de Defensa, cuando debió colocar al militar de más alto rango, el general Carlos Alfonso Martínez, además mantuvo activa a la guardia militar que estaba custodiando Miraflores. El otro error lo cometieron los soldados que dieron el golpe, el general de Brigada, Néstor González González cuando toman el poder y agarra a Chávez no saben qué hacer con él. Lo lógico era sacarlo a Cuba. Chávez siempre negó que firmó la renuncia», indicó Zavala.
Estos errores hicieron que el pueblo y los militares le quitaran respaldo a Carmona y un grupo de simpatizantes chavistas exigieron el retorno de Hugo Chávez al poder y la restitución de todos los poderes.
Radamés Graterol, politólogo, explica que al volver Chávez al poder prometió rectificación. «Utilizó el clientelismo porque sabía que había mucha insatisfacción de demandas sociales, creó las misiones, utilizó las prebendas para ganar adeptos, recurrió a una mesa de diálogo con la oposición para ganar tiempo. También decidió fortalecer el aparato represivo en el gobierno para disolver las protestas, y otorgando más poder a los militares», explicó.
Horacio Zavala, también contó que Chávez a partir de ese momento sacó al último reducto de oposición de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. «Metió preso a los que se alzaron, los persiguió y catalogó de enemigos de la patria», expresó el politólogo.