EFE | LA PRENSA DE LARA.- Miles de migrantes venezolanos han saturado la frontera de México con Estados Unidos, en particular la de Juárez-El Paso, donde en la última semana han cruzado un promedio 660 al día por el río Bravo, de acuerdo con datos de la Patrulla Fronteriza.
El cruce masivo de personas comenzó hace una semana, el sábado 10 de septiembre, justo el día que entró en vigor la Extensión del Estatus de Protección Temporal (TPS, en inglés) en Estados Unidos para migrantes de Venezuela, una política para protegerlos de deportaciones y obtener permisos laborales.
Los migrantes que cruzan de Ciudad Juárez a El Paso, Texas, se forman en espera de atención de las autoridades de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP, en inglés), quienes improvisaron un centro de procesamiento bajo el puente internacional Santa Fe, a un lado del muro fronterizo.
Con este arribo masivo de personas, las asociaciones locales temen una nueva crisis humanitaria en Ciudad Juárez, donde personas como Norma Elizaria llegan en grupos de decenas de migrantes.
«Vengo con 26 personas de mi familia, estamos divididos, unos vienen llegando ya a Ciudad Juárez. Buscamos una oportunidad mejor económica, de salud. Para mí, Venezuela es el país más lindo y bello, pero esta difícil la situación económica que tenemos con el presidente (Nicolás Maduro)», contó la mujer a Efe.
Ante la saturación en los albergues, en la región paseña algunos instalan casas de campaña o colchones, además de baños portátiles fuera de la central de autobuses.
Otras decenas de indocumentados duermen en un campamento improvisado por las autoridades debajo de la autopista elevada de El Paso.
Un reto más es la alimentación, ya que las autoridades estadounidenses solo les dan agua, por lo que hay quienes van a Ciudad Juárez a comprar comida y regresan de nuevo a El Paso.
En abril pasado, Abbott anunció su intención de mandar a indocumentados a Washington, en respuesta a la decisión del Gobierno de Biden de rescindir una normativa sanitaria que permitía expulsarlos por la pandemia de covid-19, que no llegó a ponerse en marcha por el bloqueo de los tribunales.
A principios de agosto, los autobuses con migrantes comenzaron a llegar a la ciudad de Nueva York y este mes a Chicago.
El pasado jueves, dos autobuses fletados por Texas llegaron sin previo aviso a las puertas de la residencia de Kamala Harris en lugar de la estación de trenes de Washington, la Union Station, donde las ONG estaban esperando a los migrantes.
Ese mismo día, el gobernador de Florida, el también republicano Ron DeSantis, se sumó a la estrategia de Abbott y fletó dos aviones para enviar a migrantes indocumentados a Martha’s Vineyard, exclusiva isla del estado de Massachussetts, donde tiene una residencia el expresidente Barack Obama (2009-2017).
Fuente: EFE