La famosa ciudad de Roma marcó un hito en su infraestructura de transporte este martes con la apertura de dos nuevas paradas de la Línea C. Por medio de un proyecto que ha tardado dos décadas en materializarse debido a su extrema complejidad técnica y arqueológica, ahora la capital italiana cuenta con una estación estratégica situada junto al Coliseo y otra en Porta Metronia.
No solamente buscan modernizar la movilidad urbana en una de las zonas con mayor densidad histórica del mundo, sino que también permiten que el flujo de pasajeros conviva con estructuras que datan de casi tres milenios. La estación cercana al Coliseo funciona como un museo subterráneo, donde los usuarios pueden observar piezas de cerámica, pozos antiguos y restos de una residencia del siglo I, que incluía baños termales y una piscina fría.
Según Marco Cervone, gerente del consorcio WeBuild, el mayor reto técnico estuvo en edificar la estructura bajo grandes corrientes de agua subterránea sin comprometer la integridad de los monumentos en la superficie. Para lograrlo, se emplearon métodos avanzados como la congelación del terreno y el uso de muros de contención temporales.


Descubrimientos militares y museografía subterránea
A una parada de distancia, la estación de Porta Metronia, ubicada a 30 metros de profundidad, reveló un hallazgo histórico excepcional: un cuartel militar del siglo II de casi 80 metros de largo.
La arqueóloga Simona Moretta explicó que el diseño de las habitaciones, con puertas desfasadas para facilitar la formación de los soldados de la guardia imperial, confirma su uso castrense. Además de este cuartel, se hallaron mosaicos y frescos bien conservados de una vivienda antigua, restos que formarán parte de un futuro museo integrado en la misma estación.
La magnitud del proyecto se refleja tanto en su cronograma como en su presupuesto. Con una inversión prevista de 7.000 millones de euros para sus 31 estaciones totales, la Línea C ha catalogado ya más de medio millón de artefactos. Aunque tres cuartas partes del trazado están operativas, se estima que la línea de 29 kilómetros no estará terminada hasta 2035, debido a la necesidad de realizar excavaciones arqueológicas muy rigurosas en cada etapa del camino.


El futuro de la movilidad en el centro histórico
El avance de la red subterránea continuará por debajo de monumentos icónicos como la Columna de Trajano y la Basílica de Majencio. La siguiente gran meta es la estación de Piazza Venezia, núcleo del centro romano, que se espera inaugurar en 2033 con andenes a 48 metros de profundidad. Al finalizar el trazado, el sistema tendrá capacidad para movilizar a unos 800.000 pasajeros cada día, transformando radicalmente el transporte en una ciudad históricamente colapsada por el tráfico.
Para los habitantes de Roma y los millones de turistas que la visitan, estas nuevas estaciones representan una victoria frente a los obstáculos financieros y burocráticos. La infraestructura no solo promete agilizar los traslados diarios, sino que convierte el trayecto en metro en una experiencia educativa, permitiendo que la modernidad del siglo XXI se desplace de forma segura bajo las capas superpuestas de la historia imperial, medieval y renacentista.


