Agencias | LA PRENSA DE LARA.- Una guerra civil estaría próxima a estallar en Myanmar, advierte la ONU. La alta comisionada de Naciones Unidas para los DD. HH., Michelle Bachelet, aseguró que existe una catástrofe sobre los derechos humanos en ese país que podría escalar aún más, a medida que aumenta la represión del Ejército y surge un levantamiento civil contra la junta militar que gobierna.
Frente a la «represión abrumadora de los derechos fundamentales, el movimiento de resistencia armada fue creciendo (…) Estas tendencias inquietantes sugieren la posibilidad alarmante de una guerra civil que se intensifica», alertó Bachelet durante la presentación, este 23 de septiembre, del último informe del organismo internacional sobre la situación en suelo birmano, luego de que el Ejército perpetrara un golpe de Estado hace siete meses con el que apartó a la líder del país Aung San Suu kyi y a otros miembros del Gobierno que permanecen detenidos.
De acuerdo con el reporte citado por Bachelet, más de 1.100 personas han muerto a manos de los militares desde que tomaron el poder a la fuerza y alrededor de 8.000 personas, incluidos menores de edad, han sido arrestados. De ellos, 4.700 permanecen detenidos, resaltó.
La representante de Naciones Unidas acusó a las tropas, incluso, de llevar a cabo «ataques aéreos indiscriminados y bombardeos de artillería» y utilizar armas contra civiles que estaban destinadas a un conflicto militar.
Bachelet: «Las consecuencias regionales podrían ser profundas»
La exmandataria chilena subrayó que, si bien la espiral de violencia ya es profunda en suelo birmano, sus efectos podrán empeorar y afectar a toda la región.
«Las consecuencias nacionales son terribles y trágicas; las consecuencias regionales también podrían ser profundas», alertó.
De acuerdo con el informe de Naciones Unidas, la estabilidad y el camino de Myanmar hacia la democracia y la prosperidad se han sacrificado durante estos últimos meses, todo por promover las ambiciones de una «élite militar privilegiada y arraigada».
Ante este panorama, la alta comisionada de la ONU urgió a la comunidad internacional a apoyar un proceso político que involucre a todas las partes. Se dirigió especialmente a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y a las potencias influyentes para presionar y «revertir el golpe militar y la desesperada espiral de violencia».
También instó a los militares a permitir el acceso irrestricto a la ayuda humanitaria y pidió la liberación inmediata de todos los presos políticos.
Se acaba el tiempo para redoblar esfuerzos que restauren la democracia y prevenir un conflicto más amplio antes de que sea demasiado tarde, asegura la ONU.
Myanmar ha estado en una profunda crisis desde que los militares tomaron el poder el pasado 1 de febrero, con lo que pusieron fin a una década de democracia tentativa y provocando indignación y una ola de protestas a lo largo del país que no cesa pese a la represión.
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