Un año después de su monumental reapertura, que siguió a un esfuerzo de restauración sin precedentes tras el devastador incendio de 2019, la Catedral de Notre Dame de París se ha consolidado como el monumento más visitado de la capital francesa.
La icónica estructura, situada a orillas del Sena, ha atraído a 11 millones de visitantes en su primer año completo de funcionamiento, superando a otros gigantes como el Museo del Louvre y la Torre Eiffel. Este éxito coloca a Notre Dame al nivel de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, aunque todavía por debajo de la Ciudad Prohibida de Pekín, que tiene 17 millones.


El éxito de la restauración en Notre Dame
El fervor de los visitantes se desató tras la solemne ceremonia de reapertura, cuando el arzobispo Laurent Ulrich declaró su apertura la noche del 7 de diciembre de 2024, ante líderes mundiales. Desde entonces, el templo recibe diariamente a poco más de 30,000 personas de todos los continentes, ya sea por motivos de fe o simple interés turístico.
Esta cifra representa un aumento notable, superando los cerca de 9 millones de visitas anuales que se estimaban antes del siniestro ocurrido el 15 de abril de 2019. Pese a que la restauración ha devuelto su esplendor interior, la presencia de andamios y grúas en el exterior atestigua que los trabajos continúan.
Un aspecto que ha llamado particularmente la atención de los turistas, es el no encontrar rastros visibles del fuego, sino un templo que luce «precioso» y «espectacular». Este aspecto diáfano es el resultado de un minucioso proceso de limpieza profunda, que eliminó sustancias cancerígenas de la carbonilla acumulada, y se ve realzado por un nuevo sistema de iluminación. Para acceder, Notre Dame facilita la entrada mediante reserva previa por internet o haciendo fila en la explanada, un método que ahora fluye con mucha más agilidad, favoreciendo la afluencia.


Gratuidad como Factor Clave y Reanudación Religiosa
El éxito masivo de visitas se debe en gran medida a su entrada gratuita, una política que la Iglesia católica francesa ha defendido firmemente. La Iglesia se ha resistido a imponer un pago, incluso frente a la presión de figuras como la ministra de Cultura, Rachida Dati, manteniendo la visión de que el templo debe ser un sitio de acogida universal, a pesar de que los costos de restauración presupuestados por el Estado ascienden a 700 millones de euros.
Esta gratuidad distingue a Notre Dame de otras grandes catedrales europeas. Además del auge turístico, la diócesis de París reportó la plena reanudación de la actividad religiosa con más de 1,600 celebraciones y 650 peregrinajes en el último año, incluyendo eventos clave como la Misa del Gallo y los ritos por el fallecimiento del papa Francisco y la pontificación de León XIV.
Con información de EFE.


