Agencias | LA PRENSA DE LARA.- La Policía Militar de Orden Público (PMO) asumirá a partir del 1 de julio el control de todas las cárceles de Honduras, tras la muerte el martes de al menos 46 mujeres en el Centro Femenino de Adaptación Social (Cefas), cuya identificación continúa este jueves.
No será la primera vez que las Fuerzas Armadas de Honduras asuman el control de las cárceles, las que algunos sectores las definen como «universidades del crimen» y altamente peligrosas, porque en muchas de ellas el control lo ejercen bandas criminales.
Una muestra de la inseguridad, la violencia y el control que ejercen las bandas criminales en la prisiones hondureñas, son los más de 1.000 privados de libertad asesinados en las últimas tres décadas.
Las cárceles con más crímenes registrados son las de Tegucigalpa y San Pedro Sula, las dos ciudades más importantes del país; seguidas de las de las granjas penales de Comayagua y El Porvenir, en las que murieron más de 600 reclusos entre 2003 y 2012.
A raíz de la muerte de al menos 46 mujeres en el Cefas, la presidenta hondureña, Xiomara Castro, instruyó el miércoles a las Fuerzas Armadas para que la Policía Militar de Orden Público asuma a partir del 1 de julio el control de todas las cárceles del país, durante un año.
En ese tiempo, la PMOP deberá «reclutar, capacitar y formar por lo menos 2.000 nuevos custodios de centros penales, en cumplimiento de la Ley del Instituto Nacional Penitenciario (INP)«.
Castro también instruyó a las Fuerzas Armadas para que habilite las Islas del Cisne, en el Caribe, «como granja penal para el traslado de los cabecillas de las organizaciones criminales, considerados de alta peligrosidad, que estén detenidos en las cárceles o que sean identificados, capturados y procesados«.
Las Islas del Cisne se localizan al oeste de Honduras, en el Caribe, muy distantes de tierra, lo que mantendría a los privados que sean enviados a ese lugar, alejados de todo.
El sistema penitenciario hondureño está conformado por 25 cárceles, en las que permanecen alrededor de 21.000 privados de libertad, pese a que la capacidad instalada es para unos 15.000 reclusos, según fuentes oficiales.
En la mayoría de las prisiones, con edificios obsoletos, hay hacinamiento, lo que también contribuye a que sean de alta peligrosidad.
Fuente: EFE.