Reuters | LA PRENSA.- El peso mexicano cerró el viernes su peor año desde la crisis de 2008, sacudido principalmente por la incertidumbre en torno a las políticas que emprenderá el magnate republicano Donald Trump cuando asuma en enero la presidencia de Estados Unidos.
La moneda local, la más golpeada entre las principales divisas del mundo, se hundió en noviembre a su mínimo histórico de 21.395 unidades tras la inesperada victoria de Trump, quien ha amenazado con abandonar el tratado de libre comercio que su país mantiene desde 1994 con México y Canadá.
Trump también prometió bloquear la salida de remesas desde su país, un importante fuente de divisas para la segunda mayor economía de Latinoamérica.
Las amenazas del presidente electo se sumaron a las crecientes preocupaciones en torno a un alza de tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos y una caída de los precios internacionales del petróleo, abonando los temores sobre el futuro de la economía local.
«A principios del año pensábamos que todo iba ser muy tranquilo, pero no, resulta que no», dijo Gabriela Siller, economista del banco Base en la norteña ciudad de Monterrey. «Fue un año terrible», comentó.
El peso cerró el viernes en 20.744 unidades por dólar para acumular un retroceso anual de un 20 por ciento, su peor desempeño desde el 2008, cuando las finanzas mundiales colapsaron por la crisis crediticia en Estados Unidos.
Analistas esperan que la moneda continúe debilitándose el próximo año y que pueda alcanzar niveles incluso por arriba de 25 unidades, también presionada por la cercanía de las elecciones presidenciales locales del 2018.
«El mercado va a estar muy sensible a cualquier cosa que diga Trump. Creemos que el primer trimestre va a ser determinante para el resto del año», agregó Siller.