Agencias | LA PRENSA DE LARA.- La Unión Europea se enfrenta a un potencial déficit de gas natural en caso de un invierno frío y una mayor reducción de los suministros rusos, advierte la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
En su informe sobre la seguridad energética, publicado el lunes, el organismo señala que los fundamentos del mercado se han relajado significativamente desde principios de 2023 y que la Unión Europea está bien encaminada para llenar sus depósitos al 95 % de su capacidad operativa.
Sin embargo, el pleno almacenamiento no es una garantía contra la volatilidad invernal. «Nuestras simulaciones muestran que un invierno frío, junto con una interrupción total del suministro de gas de tubería ruso a la UE a partir del 1 de octubre de 2023 podría fácilmente renovar la volatilidad de los precios y las tensiones del mercado«, subraya la agencia.
El informe recuerda que el drástico descenso de casi 80.000 millones de metros cúbicos en las entregas de gas ruso a la UE equivalente al 15 % del comercio mundial del gas natural licuado (GNL) ejerció una «presión sin precedentes» sobre el mercado gasístico en 2022.
Precisamente, esa crisis del suministro de gas condujo a una reconfiguración de los flujos mundiales de GNL, elevó los precios del gas natural a máximos históricos, tanto en Asia como en Europa, y provocó un reajuste de la demanda.
El consumo global de gas natural cayó aproximadamente 1,5 % en 2022, una cifra similar al desplome de 2020 tras la primera oleada de cierres por covid-19.
Según la AIE, un invierno frío podría aumentar la demanda de gas natural en los sectores residencial y comercial de la UE en 30.000 metros cúbicos en comparación con la temporada de calefacción 2022/23. «Dadas las incertidumbres geopolíticas, no se puede excluir un nuevo descenso de las entregas de gas ruso a la UE. Si los suministros rusos de gas de tubería cesaran por completo a partir del 1 de octubre de 2023, se produciría un déficit total de 10.000 metros cúbicos», pronostica el reporte.
Anteriormente, la UE cubría aproximadamente dos quintas partes de sus necesidades de gas con importaciones de energía rusa, pero tras el comienzo de la operación militar en Ucrania a principios del año pasado, intensificó sus esfuerzos para reducir su dependencia energética de Moscú. El bloque ya ha prohibido el transporte marítimo de petróleo ruso y se ha unido a los países del G7 en la limitación de los precios del mismo.
Como consecuencia de las sanciones y el sabotaje de los gasoductos Nord Stream, el suministro de gas ruso a la UE ha caído a mínimos históricos.
Para compensar la pérdida de gas de tubería ruso, la UE ha aumentado las importaciones de GNL, incluido el de Rusia. Según datos del centro de estudios económicos Bruegel, las importaciones de GNL desde Rusia en 2022 alcanzaron el máximo en tres años, de 19.200 millones de metros cúbicos.
Fuente: RT.