El huracán Erin, que avanza por la costa atlántica de Estados Unidos, ya ha comenzado a dejar impactos visibles en varios estados del sudeste y noreste. Aunque el Centro Nacional de Huracanes (NHC) dio a conocer que el ojo de la tormenta no tocará tierra, sus efectos se sentirán con fuerza en las comunidades costeras, donde se han cerrado las playas desde Carolina del Norte hasta Maine.
En el sudeste, el huracán ha impactado en Carolina del Norte, donde pasaría frente a Outer Banks entre la noche de ayer miércoles y la mañana de este jueves. El gobernador Josh Stein ha declarado estado de emergencia para facilitar la movilización de recursos, pues se esperan ráfagas de viento de hasta 80 km/h, inundaciones en áreas bajas y olas de hasta seis metros.
Más al norte, en Virginia y Maryland, los efectos del huracán Erin llegarían entre el miércoles y el jueves. Las autoridades locales han emitido advertencias de tormenta tropical, con previsiones de ráfagas que podrían alcanzar los 64 km/h, lo que podría provocar inundaciones en zonas costeras. Asimismo, el servicio meteorológico ha alertado también sobre un oleaje intenso y la erosión en la línea de playa.
Próximos días para el huracán Erin
Para este jueves y viernes, los estados de Nueva Jersey y Delaware experimentarán los peligros costeros más significativos, empujando vientos con fuerza de tormenta tropical hacia el litoral. El Servicio Meteorológico Nacional advirtió que los vientos sostenidos podrían causar cortes de energía y complicaciones en la navegación marítima en Nueva Jersey y Nueva York.
El paso más cercano del huracán Erin se sentirá en Massachusetts y Rhode Island el viernes, donde el oleaje alcanzará hasta los 4 metros, lo que aumentará las corrientes de resaca y acelerará la erosión de las playas. Finalmente, Maine se verá afectado por el fuerte oleaje hasta el fin de semana, con olas de casi 3 metros que pondrán en riesgo a navegantes y pescadores.
La temporada de huracanes en el Atlántico, que se extiende hasta el 30 de noviembre, está siendo vigilada de cerca por la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de EE. UU. (NOAA). Aunque ha tenido un comienzo relativamente tranquilo, la NOAA prevé una temporada «por encima de lo normal».
Expertos señalan que el cambio climático está sobrecargando los ciclones tropicales: los océanos más cálidos intensifican los vientos, una atmósfera más calurosa aumenta las lluvias y los mayores niveles del mar elevan el surgimiento de las tormentas.