Agencias | LA PRENSA DE LARA.- Desde hace tres días, el gobierno de Cabo Verde está reforzando las medidas de seguridad en torno del barranquillero Álex Saab, capturado el 12 de junio por un proceso de corrupción que le sigue la justicia de Estados Unidos, ligado al gobierno de Nicolás Maduro Moros.
El portal de noticias El Tiempo, estableció con fuentes locales que los movimientos en torno al señalado testaferro de Maduro se deben a que se estudia concederle de inmediato el beneficio de& ;»casa por cárcel»& ;mientras se toma una decisión final sobre su extradición a Estados Unidos.
La razón: ya se venció el plazo legal en el que un detenido puede permanecer sin que se le resuelva su situación jurídica, en este caso, un proceso de extradición.
El Tiempo estableció que Saab ya fue notificado de esa situación y ahora entrarían por definir cuál sería su «casa por cárcel» en caso de que se confirme el beneficio.
Algunos hablan de una sede diplomática de Venezuela, debido a su estatus de agente especial del Gobierno Nacional. Pero no se descarta que sea una casa de alquiler o un piso en uno de los lujosos hoteles de Cabo Verde.
«El inminente otorgamiento de ese beneficio judicial encendió las alertas de agentes federales que ya completan cinco meses esperando que Saab les sea entregado»
De hecho, Estados Unidos habría enviado refuerzos para elevar la seguridad de Saab, a quien consideran la vía para llegar a la fortuna de varios alfiles del gobierno de Nicolás Maduro, de los dólares y del oro que han salido hacia Turquía, Rusia e Irán.
Estados Unidos no se ha pronunciado sobre esta novedad procesal. Lo último que señalaron fue que las versiones sobre torturas a Saab eran falsas.
& ;«Las afirmaciones de Saab de que está siendo torturado son demostrablemente falsas (…)& ;Está bien documentado que tanto Saab como el régimen de Maduro han lanzado una agresiva campaña de mentiras y desinformación en un intento de influir en el proceso legal de Cabo Verde y la opinión pública internacional», dijo el Departamento de Estado.
Fuente: El Tiempo