Al menos 74 cuerpos se encontraron en la playa de Zawiya, en una nueva tragedia marítima después de que las muertes de migrantes alcanzaron un récord en la ruta de contrabando de Libia a Italia durante los últimos meses.
Los cuerpos se encontraron el lunes por la mañana y los trabajadores de la Media Luna Roja los recuperaron entre la una y las siete de la tarde, indicó explicó el portavoz de la ONG, Mohammed al-Misrati, a The Associated Press.
En la zona se encontró un bote de goma desgarrado, señaló, y se esperaba que aparecieran más cuerpos porque ese tipo de embarcaciones suelen llevar hasta 120 personas. Al Misrati había indicado antes por error que los cuerpos habían aparecido durante la noche.
La agencia publicó en su cuenta de Twitter varias fotografías en las que pueden verse docenas de bolsas de cadáveres blancas y negras, alienadas en la orilla.
Las autoridades locales llevarán los cuerpos a un cementerio de la capital Trípoli para personas no identificadas, señaló el vocero.
Las muertes de migrantes han alcanzado una cifra récord a lo largo de la peligrosa ruta migratoria marítima entre Libia e Italia en el mar Mediterráneo.
La ruta de tráfico de personas desde Libia a Italia a través del Mediterráneo dejó cifras récord de migrantes ahogados en 2016, indicó la semana pasada Fabrice Leggeri, director de la Agencia europea de Guarda Costera y Fronteras.
El año pasado se documentó la muerte de 4.579 migrantes en el Mediterráneo central, una cifra que sería mucho menor de la real, indicó Leggeri. En 2015 se confirmaron 2.869 muertes y en 2014 otras 3.161.
Hay pocos signos de que la tendencia esté remitiendo, ni siquiera durante el invierno. En enero se registraron 228 muertes, de lejos el mayor número para ese mes en los últimos años. Leggery atribuyó la cifra de víctimas al hecho de que los migrantes emprenden la travesía en embarcaciones muy pequeñas y en mal estado.
La inestabilidad en la que está sumida Libia ha convertido el país norteafricano en una trampa mortal para miles de migrantes, la mayoría procedentes del África subsahariana, que tratan de escapar de la pobreza y buscar una vida mejor en Europa.
Libia está dividida entre gobiernos rivales y controlada por milicias, muchas de las cuales se benefician del contrabando y el tráfico de personas. Grupos humanitarios han documentado el espantoso viaje de los migrantes, que incluye torturas, violaciones y trabajos forzosos en Libia.
El país cayó en la anarquía tras el alzamiento de 2011 que se convirtió en toda una guerra civil que llevó a la caída y la muerte del veterano dictador Moamar Gadafi.
Desde entonces, el tráfico de personas ha florecido en medio del caos de Libia.