Osman Rojas | LA PRENSA de Lara.-& ;El venezolano está jugando con fuego. Esa es la impresión que da al ver cómo en las zonas, que son declaradas por la Organización Mundial para la Salud (OMS) como áreas de alto riesgo, hay una terrible aglomeración de personas. Basta con hacer un recorrido por las calles de cualquier ciudad para darse cuenta de cómo son violadas las normativas de los organismos internacionales.
De acuerdo a lo explicado por la OMS en lugares como hospitales debería haber un distanciamiento social permanente, pues son centros canalizadores de casos de COVID-19. Esta situación no se respeta, al menos no en Venezuela, en donde es común ver a familiares de pacientes hospitalizados durmiendo uno al lado del otro en las salas de espera.
«Es un acto irresponsable lo que hacen muchas personas en los hospitales. La convivencia que hay en los centros de salud es insalubre en todos los sentidos. Lo peor es que esas personas, que tienen contacto con otras personas afuera, entran a la emergencia a ver a sus familiares arriesgándolos de forma innecesaria a una transmisión comunitaria», dijo el doctor René Rivas, presidente del Colegio de Médicos en el estado Lara.
Tanta inconsciencia hay en las personas que conviven dentro de los hospitales que, según pudo confirmar el equipo periodístico del diario LA PRENSA de Lara, en las inmediaciones del Antonio María Pineda se puede ver a personas que no usan el tapaboca o que lo tienen puesto en la barbilla. «De llegarse a presentar un contagio de algún familiar habrá contagios masivos en los centros públicos», dicen los médicos.
Pero los hospitales no son el único foco de contagio advertido por la OMS. Los mercados y plazas son lugares de constante vigilancia epidemiológica que en Venezuela son vulnerados. En los mercados a cielo abierto como el de Las Pulgas en el estado Zulia hay aglomeración de personas. Esta situación trajo como consecuencia el aumento de casos comunitarios en la tierra del sol amado y la alerta en zonas vecinas.
«Es peligroso lo que está pasando en esos lugares porque no conocemos la cadena de contacto de la persona que tenemos al lado. Es de vital importancia para la colectividad respetar las recomendaciones sanitarias, mantener la higiene y conservar el distanciamiento social», sostiene el doctor Antonio Mata González, médico infectólogo.
A los lugares que son advertidos por los organismos internacionales hay que añadir otros que son creados por la misma crisis en Venezuela. Los bancos y las estaciones de gasolina, son un claro ejemplo de cómo la necesidad se impone al miedo, pues la falta de efectivo y la escasez de combustible obliga a las personas a aglomerarse en entidades bancarias o en bombas para tratar de suplir sus necesidades.
«Al habilitar un banco por sucursal el Gobierno nacional se equivoca. El objetivo es tratar de evitar el congestionamiento, pero pasa todo lo contrario. Uno ve a las personas haciendo filas enormes, especialmente a los adultos mayores que salen a buscar su pensión porque la tarjeta no sirve o no les ha llegado», puntualiza el doctor César Ribas, excoordinador del grupo médico Lara Entera por la Salud.
Las cientos de violaciones a las recomendaciones sanitarias pone en alarma al gremio médico, pues siente que la población está arriesgándose más de la cuenta. «El problema es que la crisis nos empuja a elegir. Hay gente que no se puede quedar en casa porque necesita conseguir los ingresos diarios para el sustento y eso es lo que los motiva», confiesa María Teresa Pérez, médico epidemiólogo y diputada a la Asamblea Nacional (AN).
El informe entregado por la OMS reconoce como zonas de mediano riesgo los restaurantes y como zonas de bajo riesgo los vehículos personales y las casas; sin embargo, en Venezuela estos son lugares que tendrían una complicación mayor que en otros países, pues la vulnerabilidad producto de la inconsciencia de los venezolanos es cada vez mayor.
«En los carros hay gente que no tiene el tapabocas y en las comunidades gente que visita casas todo el día. Esto constituye un caldo de cultivo para el y aumenta los riesgos de contagio», señalan los expertos que advierten la necesidad de crear conciencia.
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