Guiomar López |& ; LA PRENSA DE LARA.- Humor y suspenso se vivieron este sábado con la Zarzuela «Los Gavilanes», al regresar a Barquisimeto luego de 30 años. El anfiteatro Don Pío Alvarado se convirtió en una aldea y reunió a más de 120 músicos del sistema orquestal que formaban parte de los 150 artistas que conectaron en la narrativa del emigrante, alejándose de su terruño en busca de calidad de vida. El público estuvo tan cautivo que desafió a la lluvia, negándose a abandonar esta puesta en escena a cielo abierto.
Embajada y Consulado de España a beneficio de la Casa Hogar Nuestra Señora de Los Reyes, luego del flamenco en el Teatro Juares, la primera cajoneada en el país y el festival gastronómico «Sabores de España».
«Los Gavilanes» transcurrió en sus tres actos con la complacencia de la audiencia atenta a la transformación de Juan, el indiano que regresa poderoso a su aldea sin escrúpulos, creyéndose que podía «comprar» el amor de Rosaura, hija de su eterna enamorada Adriana. De allí, que bautizan como «El gavilán» que caza a la paloma.
Un drama que cobraba fuerza con la música en la libertad que transmitía la fila de violines, que fueron opacados por la percusión bajo la dirección de Josué Monsalve. Todo con la impecable dirección escénica de Nelson Pérez e Imelda Fréitez en la dirección coral, mientras el ballet y coreografía estuvo bajo la mirada de la maestra Luisa Suárez. Los méritos también fueron para Rosmira Blanco, cuidando el vestuario que hacía más real esta valiosa pieza bajo la producción de Joe Alvarado. Honores a esta obra que se aproxima a su centenario.
La lluvia interrumpió el final de esta zarzuela que será retomada en el Juares.
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La fe mariana volvió a inundar las calles de Madrid este 18 de enero con la celebración de la tercera procesión de la Divina Pastora. Miles de devotos, en su mayoría venezolanos radicados en la capital española, acompañaron con fervor la imagen de la Virgen de Barquisimeto en un recorrido que partió desde la iglesia de Santa Bárbara y culminó en la iglesia de San Juan de la Cruz.
