Evana Materán | La Prensa.- Vender ropa, zapatos o artículos personales se ha convertido en una salvación para quienes necesitan conseguir efectivo. Más de uno comenzó a ofrecer todo lo que tenía acumulado en casa y que ya no usa, porque con esos ingresos extras pretende comprar comida o cubrir otros gastos.
Los nuevos vendedores informales llegan a diario a los comercios, donde se exhiben prendas y objetos usados. Son personas humildes, hombres y mujeres que llegan hasta de Maracaibo, Yaracuy o Caracas para comenzar su negociación con los encargados de los establecimientos.
Andrés Volcán llegó a un puesto ambulante de ropa usada ubicado cerca del Terminal de Pasajeros de Barquisimeto. Preguntó al vendedor cuánto le pagaba por un suéter que poco a poco iba sacando de su pequeño bolso. Seis mil bolívares fue el monto que ofertó el comerciante, porque tras una rápida revisión le vio dos huecos al suéter verde en la parte frontal y dijo que no podía pagar de más porque tenía que remendarlo.
“Dame ocho mil aunque sea para completar para un kilo de yuca”, comentó el joven, quien añadió que necesitaba reunir 16 mil bolívares. Andrés manifestó que ese suéter y otras prendas se los entregaron como forma de pago luego de hacer un trabajo de mantenimiento en una casa, pero que como necesitaba efectivo decidió venderlo.
En el negocio de Vicente Méndez, ubicado en El Manteco, también se escuchan a personas pidiendo que les compren algunas prendas, incluso corrales y coches han ofrecido a cambio de billetes. “Hay gente que comenta que necesita plata para pagar pasaje o comprar un kilo de harina”, aseguró.
Méndez recordó que hay clientes que se aparecen en el negocio con la intención de vender varias prendas porque necesitan completar dinero para hacer algunos viajes.
El monto que entregan en efectivo por un pantalón de buena calidad es 50 mil bolívares, mientras que por una camisa son 35 mil.
Por el negocio de reparación de maletas donde trabaja Eglé Hernández también pasa a diario un gentío ofreciendo sus maletas, aunque en el negocio no hacen ese tipo de compras. “Terminan vendiéndole a los mismos clientes que están aquí y entre ellos acuerdan la forma de pago”, explicó Eglé, quien asegura que dependiendo del vendedor aceptan que se cancele una parte en efectivo y otra con transferencia.
Además, otro comerciante informal del oeste indicó que hay quienes ruegan que les compren la mercancía porque necesitan pagar la bolsa de comida o comprar algún producto de la cesta básica, pero buscan la forma de hacer un trueque y les dan una harina o pasta a cambio de las prendas. “No se van con las manos vacías”, comentó.
Otros hacen trueque sólo de prendas de vestir o zapatos que necesiten por unos que sobren.