William Croes | LA PRENSA.-No hubo escasez de colas en el 2016, más bien se incrementaron. Las filas por comida se mantuvieron largas, pero se sumaron nuevas causas como para la compra del cilindro de gas y el pago del servicio de electricidad, estas dos últimas cogieron bastante cuerpo este año.
El promedio de una persona en una cola supera las 10 horas semanales. Más de uno se comió una uva para pedir un deseo de no hacer más cola en el 2016, pero no funcionó. Las kilométricas hileras se mantuvieron durante todo el año y no menguaron, pese a ciertos esfuerzos como la aplicación de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).
“Si hay algo que mejorar para el 2017 es que se acaben las colas. No es posible que al pueblo lo tengan pasando roncha desde hace dos años y la cosa no mejore, sino al contrario empeore todo aún más”, expresa Margarita Duque, una de las señoras que manifiesta que este 2016 hizo más cola que el año pasado y encontró menos cantidad de alimentos.
A las colas por comida se le sumaron, a final de año, las filas para buscar el efectivo o depositarlo. Las últimas medidas económicas del presidente Nicolás Maduro pusieron a hacer colas por 72 horas a los larenses, quienes hicieron todo su esfuerzo en salvar sus ahorros que estaban en billetes de 100 bolívares.
Entre el deseo que más piden los larenses está volver a hacer mercado como antes, y que se encuentre de todo.