Docentes de la UCLA que pertenecen a la cátedra libre de Gestión Ambiental Sostenible «José Rafael García Acosta», en honor al fundador de los parques nacionales de Venezuela, debatieron este lunes 22 de septiembre, sobre la necesidad de que en Lara se ejecute un Plan de Desarrollo Integral Sostenible, con el propósito de evitar la desertificación en los siete municipios semiáridos que tiene el estado, con especial énfasis en Torres y Urdaneta donde están las zonas más áridas.


UCLA propone plan para frenar degradación del suelo
Este plan debe estar gerenciado tanto por el gobernador como por los alcaldes que gerencian los territorios de menor precipitación y mayor sequedad, con suelos frágiles y vegetación xerófila, adaptada a la escasez de lluvia.
La ONU ha ordenado evitar la desertificación, como uno de los principales retos ambientales de los países. Se trata de un proceso de degradación de los suelos semiáridos y subhúmedos, muy secos como resultado de diversos factores, como el cambio climático, la intervención humana que arrasa con fauna, flora y fuentes de agua, y contamina.
Francisco Lau, representante de Inparques que participó en la ponencia, como parte de las actividades por el 63 aniversario de la UCLA, indicó que el Plan de Desarrollo Integral Sostenible debe procurar detener la deforestación, sobre todo de la vegetación que se utiliza para producir carbón, además se debe implementar un plan especial de recuperación y reforestación integral del semiárido y los parques nacionales, garantizar la protección de los ecosistemas degradados, exigir a las autoridades y Fiscalía que se sancione los delitos ambientales y que haya un trabajo en conjunto entre gobiernos del estado y municipales, con ambientalistas y las comunidades para la protección ambiental de la entidad larense.
«El semiárido es un ecosistema muy frágil y que requiere de mucho manejo, mucha gerencia, así como de mucha educación, porque hay que aprovechar la potencialidad energética, turística, agropecuaria, minera de estos territorios. Debemos orientarnos a trabajar para evitar la desertificación, porque revertir el estado de llegar a tener suelos infértiles, es muy costoso, por eso hay que actuar», expresó Miyel Rodríguez, ingeniero forestal de la UCLA.


Aprovechar los recursos y potencialidades del semiárido
El semiárido tiene la característica de registrar una mayor evaporación del agua que las precipitaciones que caen, por eso es de suma importancia proteger los acuíferos, evitar el abatimiento de pozos y lograr una agricultura más racional, sin efectos nocivos al ambiente.
Hugo Ramírez, coordinador de la Cátedra Libre de Agricultura Ecológica de la UCLA, explicó que los territorios secos, como los que dominan el estado Lara tienen grandes potencialidades económicas, como el cultivo de alimentos. Sostiene que a nivel regional sólo se siembran papa, cebolla, tomate, pimentón y lechuga, patilla, melón, pero en el mundo, en las zonas más trópicas, hay más de 2000 hortalizas que se podrían sembrar, diversificando la alimentación de la población.
«Hay muchas hortalizas que se pueden cultivar en el semiárido, pero las personas no tienen la cultura porque la considera maleza, como el bledo, el corosillo, la horchata, la jícama, que es una leguminosa en forma de raíz, el culantro, incluso los espárragos que la gente cree que se dan sólo en los pisos altos, pero también se dan en los climas tropicales. Incluso en zonas de África, se produce café, se puede sembrar en el semiárido, pero cambiando el tipo de manejo agrícola, también se pueden sembrar cucurbitáceas», manifestó.