Lorena Rojas | LA PRENSA DE LARA.- Para exigir sus beneficios, trabajadores del sector salud pertenecientes a la nómina estatal, protestaron frente a las instalaciones el Hospital Central Universitario «Antonio María Pineda» donde denunciaron las precarias condiciones a las que han sido sometidos para trabajar sin un salario digno, sin uniformes, material de bioseguridad, insumos médicos entre otros suministros que necesitan para poder desempeñarse en sus áreas.
«Esta situación es insostenible, no hay ningún tipo de beneficios y se nos están vejando los derechos, desde el 2018 registramos al menos 1000 renuncias, por lo que la calidad del servicio ha mermado, muchos han renunciado porque el sueldo no les alcanza para vivir, solo estamos comiendo harinas y eso repercute directamente en la salud de nosotros», comentó Dany Téran, trabajadora el hospital.
Y es que según detalla el médico y Secretario Ejecutivo de la Gobernación del estado Lara, Omar Agüero, unos 6038 trabajadores se están viendo afectados debido a que no se ha cancelado la normativa salarial la cual fue firmada el 17 de junio.
«Ya los trabajadores de la Ipasme, IVSS y del Ministerio cobraron la normativa salarial, pero a los 6038 trabajadores del hospital no, de los cuales 486 son médicos, 1802 son enfermeras, 2715 son personal obrero, 528 son trabajadores administrativos, 507 que son contratados, no solamente los salarios son insuficientes, sino que también lo que pagan, lo hacen con retraso», dijo Agüero.
Trabajadores aseguraron que el Hospital se está «cayendo a pedazos» y que cada vez es más difícil mantener las áreas limpias debido a que no cuentan con utensilios de limpieza para mantener desinfectadas las áreas más críticas, como lo son emergencias y quirófano.
«Las áreas críticas, que son emergencias y quirófano, se limpian sólo con agua, no tenemos trapeador, la limpieza se hace es con puras compresas que casi no limpian y no desinfectan, los mismos familiares de los pacientes son los que llevan desinfectante para limpiar en el área donde se encuentra su paciente», dijo Daisy Escalona, que es parte del personal de mantenimiento, y quien destacó que en el área de neonatal está desbordada una tubería de aguas negras, por lo que los pequeños que acaban de nacer están a la «merced de Dios», con ese foco de contaminación dentro de esa área del hospital.