Ana León. | LA PRENSA.- A pesar del alto costo de la vida aún se consiguen cosas accesibles entre los mil y dos mil bolívares en las diferentes calles de Barquisimeto.
Ya el valor mínimo de las cosas es relativo a cuántos billetes hay que entregar para adquirir algo. Un bambino son tres billetes de 100 bolívares o una tinita pequeña un billete de mil bolívares.
La calle es el lugar donde gran parte de los guaros pasa buena parte del tiempo. Es por ello que conseguir cosas “buenas, bonitas y baratas” se ha convertido en el quehacer diario.
“Lo que puedo comprar con mil 500 bolívares en el centro sería un tostón preparado o tres bambinos”, dice Erlina Peraza, una estudiante del Inces que se encontraba con dos amigas por la avenida Florencio Jiménez cerca del Metrópolis.
Si bien no pareciera mucho, para un transportista o para una persona que sale muy temprano de su casa las cosas “baratas” que ofrece el centro de Barquisimeto son un resuelve.
“Con eso me puedo comprar un agua para matar la sed”, comentaba Miguel Meléndez, un taxista que estaba esperando una carrerita y que con tono jocoso agregó que “eso es lo máximo que me compraría”.
Otros sin embargo son vistos a diario visitando a comerciantes de comida por las empanadas o plátanos rellenos que venden y les amortiguan durante el inicio o a mitad de la jornada laboral.
En el transporte
Hay personas que por ahorrarse su churupitos, prefieren utilizar inteligentemente su dinero y en vez de comprar en el centro le compran caramelos a los charleros que suben a los rutas que pueden llegar a vender hasta tres caramelitos o dulces por mil bolívares.
“Con mil quinientos bolívares no sólo pago el pasaje del ruta sino que me llevo un dulcito”, comentaba entre risas Aracelys Espinoza