Ana Uzcátegui | LA PRENSA de Lara.- La molestia e indignación los hizo tomar las calles. Un total de 20 familias de la urbanización El Valle en la parroquia José Gregorio Bastidas de Palavecino, tienen seis días sin servicio eléctrico por la explosión de un transformador en la calle 3 entre avenidas 2 y 4. «La única respuesta que han dado trabajadores de Corpoelec es que tenemos que esperar un mes como mínimo o reunir 1.500 dólares y comprar el equipo por nuestra cuenta, en el comercio privado», denunció Aida González una de las afectadas, precisó que se quedaron sin servicio eléctrico el miércoles 11 de septiembre en la madrugada, tras un fuerte trueno que se registró.
«Estamos preocupados es por los más vulnerables. Los adultos mayores que están en cama y los niños que están enfermos. A mi suegra la tuvimos que sacar del urbanismo, es una señora de 85 años de edad, paciente de ACV (accidente cerebrovascular) y de diabetes, vive con la tensión alta producto de los apagones y su tratamiento, como la insulina, la hemos perdido porque no la podemos refrigerar», contó Gladys Urea.
Los vecinos de la urbanización privada El Valle, están pasando hambre pareja. Desde abril no reciben gas doméstico, y todas las familias afectadas dependen de cocinas eléctricas. «La familia está disgregada, cada quien ha tenido que quedarse en casa de algún amigo o familiar, porque estamos viviendo en condiciones inhumanas, sin agua, sin electricidad, sin gas», refirió Vanessa Peña.
Aunque la rutina les ha cambiado, Andrés González, afectado, mencionó que desde el mes de marzo están padeciendo por el carente servicio de electricidad. «Aquí quitaban la luz cada dos veces al día y sin previo aviso. Todas las mañanas los cortes eran de dos horas, pero en las noches, se ensañaban con nosotros, y la quitaban por seis horas. Ahora tenemos que lidiar con estar nuevamente sin electricidad, como en marzo.
Los afectados además de dirigir una carta a Corpoelec, exigiendo la celeridad de la sustitución del transformador, amenazaron con acudir esta semana a la sede de la gobernación y hacer una toma simbólica del lugar. «La gobernadora se debe avocar a resolvernos o de lo contrario, iremos hasta su despacho a llevar el reclamo», advirtió Aida González.