Luis Marchán | LA PRENSA de Lara.-& ;Según el Sindicato Nacional del Café, el cual están en manos del Gobierno nacional, reconoce que sólo el 5,8% de café que consumen los venezolanos se produce en el país, ya que la mayoría de este rubro es importado de Nicaragua, Honduras y Brasil, según lo manifestó Máximiliano Pérez, directivo de la Federación Venezolana de Caficultores.
La caída de la producción es estrepitosa desde que asumió el poder la llamada revolución, destacando que antes de 1998 en el país se exportaba para Europa y Estados Unidos, 1.500.000 quintales de café; y ahora la producción nacional es menos de 200.000 quintales, cantidad que cubrirá el consumo en el país para un mes.
Recordó que para ese año existían en Venezuela 85 mil familias cafetaleras y actualmente no alcanzan las 1.025, significando una merma considerable.
Esta problemática se debe a la política de importación del café y los «precios viles» como se lo paga el Gobierno a quienes lo cosechan, perjudicando a los pocos cafetaleros que quedan, quienes en condiciones adversas debe sacar el rubro a la ciudad para que la gente lo consuma.
Criticó que el Estado venezolano paga 237 dólares el quintal a Nicaragua, de los cuales según investigaciones de organizaciones internacionales ligadas al sector cafetero, de esa cantidad, 37 dólares son presuntamente por sobrefacturación e igualmente el gobierno de Maduro paga adicionalmente un 15% por ser café importado, sin tomar en cuenta el pago de flete, almacenaje, seguro de importación, nacionalización, transporte y distribución, aseguró.
Según Pérez, esta situación ha impactado negativamente en la cultura cafetera venezolano, perdiéndose la calidad del grano y por ende ha mermado el consumo, criticando que ahora los venezolanos al perder esta cultura lo obliguen a saborear el café brasileño, costarricense, hondureño y nicaragüeño.
De acuerdo al seguimiento de la producción cafetera en latinoamérica hecha por la Federación que coordina, Nicaragua ha incrementado en 43% la cosecha, gracias a las compras de Venezuela, mientras acá este mercado se está acabando.
«Es urgente un cambio en la política cafetalera en el país y entregar insumos y maquinarias, incluyendo créditos a los productores del campo que cada día ven como sus hectáreas se vean peladas», exhortó Máximiliano Pérez.