Sin marcapasos desde hace cuatro meses en Lara

Osman Rojas | LA PRENSA.- Las personas que nece­sitan colocarse un marca­pasos están condenadas a esperar. Anotados en una lista, que parece no ter­minar nunca, los enfer­mos del corazón guardan alguna esperanza aunque, en muchas oca­siones, la muerte llega primero que el equipo médico.

José Luzardo, jefe del área de Cardiología en el Hospital Central, explicó el drama al que se some­ten las personas que ne­cesitan de una interven­ción cardiovascular para poder seguir con vida. “Este año el Ministerio nos ha enviado 5 u 8 mar­capasos nada más. Lo que más nos preocupa es que tenemos una lista de espera que ronda las 200 personas”, lamentó.

El especialista comentó que si una persona quie­re operarse en el Antonio María Pineda deberá lle­var el equipo médico por­que en los anaqueles del central ya no quedan.“Hace menos de 15 días coloqué un marcapasos a una señora que lo consi­guió donado, pero no to­dos tienen esa suerte. Un equipo de estos en las ca­lles cuesta unos 30 millo­nes de bolívares y ese es un precio que muy pocas personas pueden pagar”, contó el galeno.

Luzardo asegura que a su consultan llegan todos los días enfermos que necesitan colocarse un aparato para ayudar al co­razón; sin embargo, por muy grande que sea la emergencia, el paciente debe anotarse en la lista y esperar que Caracas mande los equipos.

“Cuando llegan, noso­tros los distribuimos se­gún la emergencia que se tenga”, explicó Luzardo.

Otra alternativa que tie­nen las personas es con­tactar a alguien que ven­da un marcapasos usado y someter al equipo a una valoración para ver si aún le queda vida al aparato. “Cuando alguien muere y el equipo sirve los fami­liares lo venden a precios mucho más bajos. Un marcapasos puede durar cinco o seis años”, expli­có el médico.

Vale un ojo de la cara

Colocarse un marcapa­sos en algún centro pri­vado es un lujo que muy pocos pueden darse. En promedio, una persona puede gastar entre 50 y 60 millones de bolívares en una intervención de este tipo.

La Prensa visitó Ascar­dio para ver si allí conse­guía presupuesto para una operación de este ti­po. La petición fue nega­da porque el costo final de la intervención se verá condicionada por el pre­cio del marcapasos en el mercado.