Luis Felipe Colmenárez | LA PRENSA DE LARA.- La calamidad no abandona a los vecinos que hacen vida en la avenida principal del sector La Tomatera, al noreste de Barquisimeto. Desde el pasado primero de abril nuevamente han tenido que vivir a merced de la penumbra producto de la avería de uno de los transformadores.
Yubisay Rodríguez, habitante del sector, contó que fue alrededor de las 7 de la noche cuando su desgracia se repitió. Y es que recuerda que el año 2020 finalizó en completa oscuridad por tener que pasar 42 días sin luz a causa de la misma problemática.
Contó que fue el pasado 12 de enero cuando Corpoelec restituyó el servicio al instalar cuatro transformadores. No obstante, Rodríguez recalca que aunque los trabajadores les aseguraron que se trataban de equipos nuevos, dos de ellos eran repotenciados.
«No duró ni tres meses» comenta la señora que en medio de la indignación añade que una comisión de la Corporación Eléctrica los visitó y les indicó que actualmente en el estado Lara no hay transformadores, y por tal motivo desconocen cuanto tiempo deberán permanecer sin el fluido eléctrico.
Recalca que los trabajadores atribuyeron la falla a una sobrecarga generada por la gran cantidad de caracoles eléctricos que han comenzado a usarse en el sector, dado que recibieron el servicio de gas por última vez hace cuatro meses.
«No tenemos luz, no tenemos gas, no tenemos agua, no tenemos nada» denuncia Yubisay mientras hace un llamado a los entes competentes que por lo menos se apiaden de su situación y atiendan la demanda de servicios públicos.
Denuncia que los camiones cisternas se han aprovechado de la situación y les ofrecen una pipa de agua por hasta cinco dólares.
Detalla también que son más de cien viviendas las que se ven arropadas por esta coyuntura que se ha convertido en todo un infierno.
Asimismo, las personas afirman sentirse preocupadas, ya que motivados por la necesidad, muchos han comenzado a conectarse a transformadores aledaños, situación que pudiese generar dentro de poco otra sobrecarga.
Piden ser visitados a la mayor brevedad posible para poner fin a su calvario, y es que además de todos los problemas que los envuelven, los delincuentes han comenzado a sacar provecho de la situación para irrumpir en las casas y extraer los pocos objetos que tienen.