Leidi Reyes | LA PRENSA DE LARA.- Al entrar se observan más de 10 mesas vacías, la cocina está al fondo del lugar y desde la entrada se puede ver a Yanet Salazar, dueña de un pequeño restaurante. Corta algunos vegetales y los vierte en una olla, comenta que prepara la comida para recibir a los clientes, espera vender al menos dos platos en ese día.& ;
Afirma que las ventas están bajas y que debe cambiar el menú constantemente para mantener el local abierto. Con humor detalla que ha vendido comida vegetariana, pasapalos y hasta panes con tal de generar ingresos.& ;
«Estoy acá para cuidar el lugar porque siempre permanece vacío, realmente no hay días buenos, lo que hay es una profunda depresión. Tengo que innovar para lograr vender algo, si no vendo acá debo buscar la forma de hacerlo por redes sociales, así fue como me contactaron para hacer unos pasapalos. Gracias a Dios logré llevar dinero al hogar», revela.& ;& ;
Antonio Escalona, dueño de otro restaurante, detalla que a la semana recibe entre ocho a 10 clientes, en el menú debe mantener ofertas para que los clientes puedan ir y a pesar de tener platos de Bs. 31 le es difícil generar los recursos suficientes para mantenerse.& ;