Cristina Linárez | LA PRENSA.– Los momentos de tensión que se vivieron en por lo menos cinco horas en la urbanización Antonio José de Sucre cesa luego de que un pastor de la Iglesia evangélica hizo el papel de mediador y logró que funcionarios se retiraran del lugar y volviera la tranquilidad para los habitantes.
El pastor se enteró de lo que estaba pasando en esa residencia, y sin pensarlo dos veces se despidió de su familia, salió de su casa y llegó a la residencia Antonio José de Sucre, con su única arma, la biblia.
“Yo soy el pastor Álvaro Rea, pido por favor hablar con ustedes para calmar la situación”, fueron las palabras del pastor cuando se dirigió a la guardia para poder mediar.
Comenta que conversó por varios minutos con los funcionarios de la Guardia Nacional y sus palabras iban dirigidas en hacerlos entender que la violencia no es el camino y que ante esta situación debía llegar la calma.
El pastor comenta que por la gracia de Dios, tuvo la posibilidad de mediar con la Guardia Nacional Bolivariana para que se retiraran, y quienes estaban en la azotea pudieran bajar con tranquilidad.
“Había un herido en la azotea y una joven descompensada, agradecemos que no hubo víctimas fatales que lamentar. Tenemos que recordar que en la ira del hombre no obra la justicia de Dios, y lo que esperamos es que Él haga justicia y saque a la luz a los corruptos y violentos”, afirmó el pastor.
La valentía y fuerza del religioso fue aplaudida por todos. Los habitantes de la residencia ahora lo consideran como un héroe enviado por Dios, ya que aseguran que esa situación sólo podía calmarse con la ayuda de Dios.
El pastor el día de ayer le envió un mensaje a la Fuerza Armada Nacional. Expresó que “sabemos que tienen un deber de mantener el orden público, pero tengan cuidado cuando se trata de manifestaciones pacíficas, y deben obrar inteligentemente con cautela”, precisó.