martes, 5 noviembre 2024
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Pacientes tras la pista de la insulina

Karelis | Roa LA PRENSA.- Joy Varela tiene 7 años inyectándose insulina. En su nevera guarda tratamiento para sólo cuatro semanas y desde hace meses no consigue el medicamento en las farmacias. Sin él, su nivel de azúcar en la sangre podría subir hasta causarle la muerte.

La diabetes tipo I es una enfermedad en la que el páncreas no produce suficiente insulina para llevar el azúcar a las células, haciendo que se acumule en la sangre. Mientras más se acumule hay más posibilidades de sufrir de la vista, cerebro y corazón.

Al menos una inyección de insulina diaria es necesaria para los pacientes que sufren esta enfermedad, pero cada caso y tratamiento es diferente. El costo va desde Bs. 20 hasta 3 mil por frasco de 1 y 10 mililitros. La variedad de precios y nombres depende de la acción que produce en el paciente. Joy necesita dos tipos: Humulin N y la R.

Cada uno de estos frascos vale Bs. 20, pero son los que menos hay en el mercado. Su abastecimiento no es frecuente ni variado, según muchas farmacias a las que acude. La Humulin y la Lantus, el extremo de lo económico y lo caro, son las más buscadas, las que menos llegan y las que más tardan en reaparecer. Encontrar las inyectadoras especiales necesarias también son un dolor de cabeza.

Joy, a veces consigue algún tipo de insulina luego de recorrer varias farmacias. El asunto es que si es diferente a la recetada no se puede utilizar, a menos que un especialista lo autorice. No existe la libertad de comprar medicinas de marca o genéricas, como en otras enfermedades.

La real lucha de quienes la necesitan es que cuando llega a las farmacias es poco y se acaba rápido. En 2012 había más de 7 mil pacientes en Barquisimeto que lo necesitaban, de acuerdo a la Dirección Regional de Salud. En 2016, Fundapromed ha registrado de cinco a seis pacientes nuevos mensual. Además, la medicina no es blanco para revendedores por necesitar refrigeración. Conseguirlo en el mercado negro o importarlo es casi imposible

Cuánto dure cada frasco depende del paciente. En el caso de Joy, los dos frascos que mezcla de Humulin le rinden para alrededor de dos semanas. Diariamente utiliza una inyectadora subcutánea que vale Bs. 72. En un mes gasta Bs. 2 mil 240.
Para Minerva Mendoza es más costoso. Ella debe inyectarse Lantus. El frasco que le dura 10 días cuesta Bs. 1.535. Con las inyectadoras ella debe sacar de su bolsillo Bs. 6.765 mensuales.

La preocupación constante de estos pacientes es cómo está su nivel de azúcar. La gente común iría a un laboratorio a hacerse un examen. Ellos no pueden ir cada vez que necesiten saber el resultado, pues necesitan los glucómetros, el inconveniente es que es difícil conseguir tiras reactivas.

Dependiendo de la marca y la cantidad de tiras, una caja de hasta 50 unidades puede costar desde Bs. 73 hasta 22 mil. La lucha de estos pacientes es silenciosa, pues si bien no es una enfermedad agresiva como el cáncer, puede deteriorar poco a poco su vida hasta la muerte.

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