Osman Rojas | LA PRENSA.- “Si no los mata la enfermedad, se van a morir de hambre”. Con esas palabras los trabajadores del Hospital Central definen la situación alimentaria con la que deben lidiar los enfermos recluidos en el centro médico.
Un plátano sancochado cubierto con un poquito de queso y dos gajos de naranja fue el desayuno de ayer de los pacientes hospitalizados en el Antonio María Pineda de Barquisimeto.
Y es que el principal centro asistencial de la región ha ido decayendo en cuanto a la alimentación afectando directamente la recuperación de los enfermos.
“Cómo se sana una persona comiendo esto. El perro de mi casa come mejor”, lamenta una de las camareras de la institución que prefirió no revelar su nombre.
La trabajadora asegura que no sólo el desayuno es deficiente en la institución. El almuerzo y la cena también dan ganas de llorar, menos hambre. “El arroz ya ni se ve en los servicios de nutrición. Ahorita en el almuerzo dan ensalada con frijol chino y en la cena un pedazo de yuca sancochada”, relata la fuente.
La denuncia realizada por esta empleada es similar a la hecha por el doctor Manuel Ferreira el pasado martes. El médico oncólogo aseguró que en los hospitales foráneos como el de El Tocuyo los hospitalizados se alimentan con naranja y mortadela.
“Hablo porque yo mismo lo vi. Los pacientes se están muriendo de hambre en los hospitales”, dijo el especialista.
Ruy Medina, director sectorial de Salud en el estado Lara no negó la problemática que hay con la comida y explicó que la escasez y la inflación que hay en el país los limita. “No se da pollo porque la plata no alcanza”, aseguró.