Osman Rojas | LA PRENSA.- Abrazar la muerte se ha convertido en algo común entre los enfermos renales en Venezuela. La falta de medicamentos, la ausencia de reactivos para la realización de exámenes especializados y el abandono en el que se encuentran las unidades de diálisis del país apagan las esperanza de vida de estos pacientes.
“A nosotros nadie nos respeta y todo el mundo nos olvida”, con esas palabras Héctor Colmenárez, presidente de la fundación Amigos del Paciente Renal en Venezuela, destacó el abandono en el que se encuentran sumidos estos enfermos.
Colmenárez aseguró que en el país los pacientes se están muriendo e hizo énfasis especial en Lara pues en lo últimos dos meses la tierra de los crepúsculos ha enterrado a quince personas con problemas renales.
“Nuestra lucha ha sido en vano. En estos momentos nuestras situación es incluso peor que la del año pasado. Nos seguimos dializando a medias por falta de máquinas en los centros públicos y la ausencia de medicamentos nos está matando”, señaló.
Colmenárez alzó la voz en nombre de los pacientes renales y pidió a las autoridades competentes que tomen cartas en el asunto. El vocero de la fundación quiere reunirse personalmente con la gobernadora Carmen Melendez y con la doctora Linda Amaro, viceministra de salud y regente regional, para habilitar nuevamente los trasplantes en el Antonio María Pineda.
“Hace dos años que las intervenciones están paradas y eso no es justo. Nosotros nos estamos muriendo de mengua y las autoridades deben conocer nuestra problemática”, señaló.
Sin hematología
El drama de los pacientes renales pica y se extiende. Las áreas especializadas se han quedado en el olvido y los enfermos sienten con rigurosidad la apatía que muestran las autoridades nacionales. Tanto es el descuido que hay para con estos enfermos, que en los hospitales públicos ya no les realizan hematologías porque no hay reactivos.
“Cada vez que nos vamos a dializar tenemos que pagar en un laboratorio para poder realizarnos un examen. Esto es algo que se hace gratis y que por lo general lo realizan las mismas áreas especializadas. Nosotros mensualmente necesitamos saber como está nuestro organismo y ahora para eso debemos desembolsar 89 mil bolívares en un centro privado”, dijo Colmenárez.