José Miguel Najul | LA PRENSA-. Mientras los líderes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) aúpan a los ciudadanos para que asistan a la marcha convocada por Henrique Capriles el primero de septiembre, el Gobierno nacional se ha atrincherado en Caracas, ha llevado funcionarios de la Policía Nacional y Guardias a la capital, y desplegado tiendas de campaña en los puntos cruciales de las vías de acceso.
Macario González, coordinador regional de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), ha declarado que la oposición sobrepondrá, pacíficamente, todos los impedimentos “maquiavélicos” que desee poner el Gobierno.
A juicio de Ibrahim Querales, dirigente de Primero Justicia, tolda abanderada con la propuesta refrendaria, “las últimas amenazas y acciones obedecen a un intento de intimidación por parte de un Gobierno que se siente atemorizado, porque sabe que perdió la calle”.
La Unidad se escuda en los artículos que establecen el derecho al libre tránsito y a la protesta pacífica. Sin embargo, el presidente Nicolás Maduro ha señalado la marcha del primero de septiembre de tener intenciones de dar un “golpe de estado”.
Carlos Rodríguez Coa, de La Causa R, señala que el único llamado a la violencia y a la insurrección es el que ha hecho el propio Gobierno nacional y que esta manifestación será completamente pacífica.