Osman Rojas | LA PRENSA.- En la sala de espera de la emergencia pediátrica del Hospital Militar se encuentra Julia González. En sus brazos carga a su hijo, un pequeño de dos meses, que nació con labio leporino. “Vengo a que le haga el triaje al niño para ver si aquí lo operan”, dice la mujer sin poder contener sus lágrimas.
La señora que está a su lado (que también lleva a su hijo al triaje), consuela a González, le pide que se calme y le dice que todo estará bien. “Es que no tengo plata para pagarle la operación al niño y no quiero que cuando crezca se burlen de él y lo maltraten”, dice Julia, mientras seca sus lágrimas.
El llanto de González es perfectamente entendible para cualquier persona que tenga un hijo con labio leporino y paladar hendido y es que, en estos momentos, un pequeño que nazca con esta condición amerita tres intervenciones presupuestadas en 50 millones 500 mil bolívares.
La primera de las operaciones se debe realizar, preferiblemente, antes de los primeros tres meses de vida. Esa operación es correctiva y está valorada en 13 millones 500 mil bolívares en los centros privados.
Un año y seis meses después de la primera intervención los médicos recomiendan una segunda operación llamada hendidura alveolar de reconstrucción ósea. Esta intervención se hace para corregir los problemas de encía que afectan al 75% de niños con labio leporino, la operación está valorada en 17 millones de bolívares.
Pero esto no es todo. Cuando ya los defectos del labio han sido corregidos en un 80%, los médicos recomiendan realizar una tercera y última operación. Se trata de una intervención de reconstrucción interna y externa que está valora en 20 millones de bolívares.
Los altos costos de las intervenciones han condenado a los niños a vivir con esta condición. Manuel Suárez, cirujano infantil, explica que, en estos momentos, las operaciones de este tipo han disminuido en un 80%. “En una clínica operar a un niño con malformación cuesta un ojo de la cara y lamentablemente las fundaciones, que históricamente se han hecho responsables de estas intervenciones, han sido golpeadas por la crisis”, señala.
Julio Linares, presidente de la fundación Más que una Sonrisa, asegura que la institución maneja una lista de espera de 45 niños; sin embargo, este número viene a ser una subcifra pues se estima que en Lara hay unos 140 infantes que ameritan intervenciones de este tipo.
“Hemos hecho un convenio con el Hospital Militar y otras instituciones. En los últimos dos año hemos intervenido con éxito a 181 pequeños pero son muchos más los que necesitan operarse”, comentó Linares.
Lara no es el único estado que muestra problemas de este tipo. Según los números que maneja la red de Médicos Unidos en Venezuela, el Gobierno nacional tiene una deuda quirúrgica con niños de labio leporino que sobrepasa los 6 mil infantes.
“Hay estados como Portuguesa, Falcón y Sucre en los que no registramos a fundaciones activas que ataquen esta problemática. El Gobierno nacional debe darle respuesta a estos niños porque en la cuarta República existían instituciones que canalizaban estas necesidades. Ahora no podemos depender de operativos temporales”, denunció el pediatra Alirio Campos.