González – López | LA PRENSA DE LARA.-& ;Ellas se esmeran desde cualquier trinchera y es que tienen la capacidad de ser apasionadas donde se lo propongan. Lo cierto es que la constancia lleva la esencia femenina que se respira en Barquisimeto desde la investigación, educación, cultura y defensa del derecho a la infancia. El Día de la Mujer se escribe con los nombres de Carmen Alicia Carmona de García, Luisa Pernalete, Yuyita Chiosonne, Mau de Ceballos y Emilin Piña, en reconocimiento a sus aportes a la sociedad.
Son rostros con rasgos de humanidad, esa que las impulsa a seguir emprendiendo y cultivando méritos que hablan de huellas imborrables. Es la certeza del propósito de vida para aprender y luchar por ideales que van a la excelencia. Mujeres sin límites en su capacitación, sin mezquindad para enseñar y con los bríos por luchar por la recuperación en valores. No saben de edades porque sólo cuentan el tiempo de aprendizaje y de abrirse a los cambios, demuestran las temporalidades que no pierden vigencia y son puntos de referencia para las nuevas generaciones.
Académica y de ciencia
Entrar al aposento de la doctora Carmen Alicia Carmona de García hace quedar cautivos en medio de la variedad de orquídeas en su jardín y contemplarla en las suaves melodías de su piano, al ejecutar «Bésame mucho«. En 1966 se graduó de farmacéutica y a los 10 años egresa como Doctora en Farmacias en la Universidad de Los Andes (ULA). Fue la primera mujer electa entre las autoridades de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) y se dedicó a la investigación científica desde la bioquímica.
Su hazaña al asumir la Secretaría General de esta alma mater fue a principio de la década de los 80 y se le escapa una sonrisa de satisfacción, al recordar que se mantuvo durante 30 años como docente en el Decanato de Ciencias Veterinarias impartiendo bioquímica. «La docencia me permitió acercarme a los jóvenes, más allá del aula, sino compañera», dice complacida de esa interacción que trascendía del aula de clases.
Su presencia en la UCLA no se limitó a impartir clases, sino a permanentes investigaciones, cuya rigurosidad le permitían publicar en revistas científicas. Muestra con orgullo parte de ese trabajo publicado y que sigue siendo referencia para la práctica de universitarios, tales como la guía práctica de bioquímica por la UCLA y «Estudios de la protección del hígado graso por el tetracloruro de carbono en animales adaptados del frío» editado por la ULA.
Su mirada se torna más viva, al recordar las oportunidades de investigar con el aval de la universidad. Regresa a 1973, cuando tuvo la dicha de trabajar junto a uno de los investigadores más importantes de Latinoamérica e indagó en el mundo científico junto a Jaime Moussatuché, quien venía del instituto Oswaldo Cruz de Brasil. Era un presupuesto que permitía contar con este tipo de expertos.
«Me permitió elevarme desde lo académico», expresa, porque este investigador le compartió conocimientos en bioquímica, farmacología y demás áreas pertinentes a su carrera. Además de la posibilidad de participar en varios congresos nacionales e internacionales. Aprendió las técnicas para trabajar con animales en laboratorios, principalmente con ratas y ratones para extraerles el hígado, a fin de hacer experimentos.
Las investigaciones son las que dan la calificación a la universidad, pero se necesita de un presupuesto suficiente. «Es una lástima porque se hicieron varios esfuerzos para llevar la universidad adelante y tener infraestructuras, para lograr altas metas y en este momento hay una caída en los presupuestos de todas las universidades nacionales», lamenta y lo califica como una falta de consideración.
Aplaude a esas mujeres que están hombro a hombro, desafiantes en diversos campos de profesionalización. Llama a seguir construyendo país desde la educación, como uno de los pilares fundamentales para el desarrollo y pide a la familia, más dedicación a sus hijos para estimular la curiosidad que puede cultivarse desde el hábito de la lectura.
Se complace de su vida como esposa de Ibrahim García Añez y madre de Beatriz e Ibrahim. Siempre tuvo tiempo de calidad para la familia y aun se dedica a compartir ese apasionante mundo del imaginario, formando parte de dos grupos de lecturas, donde mínimo lee un libro mensual y sigue alimentando su intelecto. Mientras todas las tardes, disfruta como aficionada al piano.
Sentido de pertenecia
Sin duda Yuyita de Chiossone, presidenta del Banco de Sillas de Ruedas (Bandesir) y miembro de la asociación «Amigos del Casco Histórico» ha dejado huellas imborrables en cada puesto que ha ocupado en el estado Lara.& ;
Yuyita destaca que el 8 de marzo es un día que se conmemora porque ocurrió un hecho trágico, un grupo de mujeres fueron quemadas vivas, cuando luchaban por sus derechos laborales.& ;
«Estoy convencida que los derechos de la mujer deben ser ejercidos sin mucha alaraca, porque siempre valen más por lo que uno estudia y trabaja y esto no debe ser así», sostuvo Yuyita, quien ha ocupado cargos en el arte como directora del Conservatorio de música, además ha dejado huellas en el ámbito político y entre risas recuerda que ha sido hasta secretaria de Gobierno.& ;& ;
«La mujeres somos la columna vertebral de la familia porque llevamos en el vientre nueve meses a un niño, lo criamos y educamos, en la medida que le inculcamos valores a esos hijos ellos van a ser el eco en el mañana para evitar el machismo», dijo Yuyita.
Promover la convivencia
Atrás han quedado aquellas mujeres que estaban en casa cuidando de los niños, mientras que sus esposos trabajan, poco a poco se han empoderado han conocido de la convivencia y ciudadanía, tema que profundiza la profesora Luisa Pernalete, miembro del Centro de Formación e Investigación de Fe y Alegría.& ;
La profesora creó el programa «Madres Promotoras de Paz«, que nació por la incertidumbre sobre las consecuencias de los problemas delincuenciales, que ocurrían en los alrededores de las escuelas y es por esto que Fe y Alegría decidió ponerle un alto a la violencia.& ;
Lo primero que pensó la profesora fue diseñar un programa para las madres, por su mente pasó que a las mamas no se le ayuda y que ellas necesitaban ayuda para promover la convivencia.& ;
El programa inició en Guayana, pero luego se extendió a todo el país y ha logrado formar a cientos de madres en más de la mitad de los 177 institutos de Fe y Alegría.& ;
«Lo que queremos es que Venezuela tenga unas personas formadas para la fraternidad, convivencia y ciudadanía. Insistimos en el respeto mutuo, no se trata de cambiar al machismo por hembrismo, sino que se respeten», finalizó Pernalete.& ;
Derecho a la defensa
Emilin Piña, desde la adolescencia tuvo una visión, ser una buena ciudadana y siempre hacer lo correcto. Cuando joven quería dejar un legado no solo en su familia sino en el mundo y en su crecimiento supo que era a través del servicio y es por esto que decidió estudiar Derecho.& ;
Con el derecho ha estado ayudando a mujeres que han sufrido de violencia de género, creó la fundación «Mujer Tu Voz Tiene Poder«, para poder ayudarlas a todo el proceso que conlleva a una mujer que es violentada.& ;
Para Emilin una de sus frases y que busca impulsar a todas esas damas que buscan ayudas, es que «la mujer tiene que asumir retos y ser agentes de cambio».& ;& ;
El arte de vivir& ;
Las mujeres no solo pueden ser reconocidas por lo vulnerable que han llegado a ser en su vida y es eso lo que este grupo de mujeres entrevistadas por LA PRENSA confirma.
Mau de Ceballos, fundadora de la Unión de Narradores Orales Escénicos de Venezuela (Unoes), es de esas mujeres aguerridas que han logrado dejar huellas imborrables a través del arte.& ;
Treinta y cuatro años tiene de cuentacuentos, la narrativa es su pasión tanto así que ha traspaso fronteras y hasta ha formado a narradores a través de su Escuela.& ;
Mau recuerda que ha dado talleres en las comunidades, pues para ella un cuento, una historia, la solidaridad y tratar temas sobre la responsabilidad y la puntualidad, ayuda a frenar la violencia y tener una mejor convivencia.& ;
A través de la palabra Mau une a la familia, pues ¿a quién no le gusta un cuento?. Los «cuentacuentos» no sólo son para niños y eso ha estado en mente de Mau, quien asegura que son los adultos quienes más disfrutan de esto.
«Soy una mujer enamorada de la narración, el día que me quiten el cuento me quitan una mano«, dice entre risas Mau.& ;
Así como Mau ha llevado a Lara y Venezuela en alto, también lo han hecho estas mujeres que hoy conmemoran su día.& ;