Médicos recién graduados entre la vocación y la realidad

Los médicos recién graduados afrontan grandes retos al escoger entre la vocación de servicio, poder llegar a especializarse en posgrados y sentirse obligados a migrar a la atención privada, así como buscar calidad de vida en el exterior. Sienten el efecto del impacto de la diáspora que registra un estimado de 45 mil galenos, según la Federación Médica Venezolana (FMV); es decir, el 40% de estos profesionales que emigró debido a la falta de condiciones en el sector público.

Desde la FMV, en noviembre de 2024 lamentaban las dificultades en la mayoría de los 301 hospitales y más de 4.700 ambulatorios del país, empezando por la insuficiencia de insumos, la falta de algunos aparatos para diagnósticos y la deuda en remuneración laboral para el gremio. Esta es la realidad que afecta al promedio de entre 55 mil a 60 mil médicos que aún se mantienen ejerciendo en estos centros asistenciales y el escenario en el que reciben a los recién graduados.

Explica Huniades Urbina, presidente de la Academia Nacional de Medicina, que el promedio del 40% de médicos que se fueron del país tuvieron sus justificaciones personales, empezando por las dificultades de cubrir estudios de posgrado sin la debida remuneración. Un problema que empezó a gestarse desde 2015 y no ha tenido cambios significativos, porque incluso termina comprometiendo al profesional que también se dedica a la docencia en estas facultades.

Ausencia de médicos

Considera que la población sigue soportando la ausencia de especialistas, como anestesiólogos, cardiólogos, neurólogos, gastroenterólogos, intensivistas, entre otros, que figuran en la deficiencia de personal en estos servicios en hospitales. «Los residentes realizan un gran esfuerzo por mantenerse y tratar de ir más allá de la carga académica, pero no suele ser rentable», señala.

El contexto en la facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) es percibido por su decano, José Francisco Guirnaldos, con la mayoría de estudiantes que expresan su interés de poder permanecer en el servicio hospitalario, pero en algunos casos tiene mayor peso el grado de dificultad para financiar sus gastos. De hecho, culminan sus posgrados y hacen los trámites para ejercer en otros países.

Las últimas promociones de este año fueron de 98 egresados en cada cohorte y la demanda principalmente es en posgrados quirúrgicos, como ginecobstetricia, cirugía general y urología. Advierte que la migración puede ser determinante al interferir en la operatividad de los hospitales universitarios Antonio María Pineda, pediátrico Agustín Zubillaga y Luis Gómez López, los cuales sirven de plataforma profesional para los futuros egresados.

Tales dificultades influyen en los posgrados menos demandados en la actualidad, que son los de intensivistas, emergenciología, medicina interna y pediatría.